La afamada perfumóloga Britney Spears, inventora, entre otras muchas cosas, de los bodys de látex y de las colonias con el mismo nombre pero diversos adjetivos delante del mismo, acaba de publicar una balada. Sí, una canción. Pero no os escandalicéis, porque no es un “nuevo” tema como tal, sino que se incluía en las sesiones de ‘Glory’ que ahora le están sirviendo para relanzar el álbum.
Porque sí, ‘Glory’ se publica cuatro años después, con su carátula original y no aquel primer plano sacado de un vídeo, y varios temas extra, entre los que se encuentra este y un dúo con los Backstreet Boys. Toma chute de nostalgia. Pero vamos con ‘Swimming In The Stars’ antes de que podamos escuchar al quinteto con la reputada olfatista.
Es una balada. Y antes de que hagáis un “oh Dios, una balada no, porqué zeñó” y empecéis a clamar al cielo como locos, os recordamos que no todo en la discografía de Britney Spears suena a ‘Perfume’. Que la mujer tuvo también ‘Everytime’. El clásico compuesto por Shania Twain ‘Don’t Let Me Be The Last To Know’. El clásico menstrual compuesto por Dido ‘I’m Not A Girl, Not Yet A Woman’. No todo fue tan trágico como su colaboración con Sia cantada por Siri.
Y esta es cuqui. No está cantada por Siri, porque se escucha a Britney Spears, pero sí ha sido producida por Nespresso y Dolce Gusto. La voz está filtrada como si la hubiera grabado en un salón repleto de coladores. Pero por Dios, es Britney Spears, reina del spoken word mucho antes de que las drag hicieran de ello un arte. O más tarde quizá, pero reina del mismo igualmente.
No necesitamos que se desgañite vocalmente. Es la Selena Gomez de la generación que era de la Selena anterior. La muerta. La muerta real, vaya, que si no va a dar lugar a confusión vistas las cifras de ‘Rare’. Así que lo dicho, una baladita cuqui, con su producción así como ibicenca, para pasar las noches del falso verano en plena Navidad.