Melody ha comenzado a cumplir uno de sus sueños profesionales: el de ser representante española de Eurovisión. Tras un camino absolutamente impagable hasta el Festival, en el que su perfil de folclórica camp ha dejado momentos que han sido de lo mejorcísimo de los últimos años, Melody llega al escenario de Basilea a presentar, por fin, Esa Diva en las galas eurovisivas.
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Su performance en la primera semifinal ha tenido grandes momentos -especialmente en una gala con el nivel a la altura de los talones de Sabrina Carpenter– y también algún momento en el que quedó claro que el pdf de la delegación española había vuelto a quedarse en la carpeta de spam de la EBU. Veamos cuáles han sido las partes de pata negra y cuáles aquellas en las que los gorilas tuvieron las manos hacia abajo:
De pata negra
- Vocalmente súper solvente. De hecho fue de las mejores actuaciones de la noche a nivel de afinación, porque hubo una serie de resbalones importantes entre varios países. Melody cantó, como era de esperar, muy bien, pero además hizo algo positivo en su perfil, que es no engolar excesivamente la voz. En algunos momento tiró a lo suyo, pero por norma general la mantuvo bastante clara. En eso no hubo pero que sacarle.
- Todo el arranque de la actuación. El plano de su silueta, con esa mano que podía haber mostrado muchísimo nerviosismo pero que aparecía ahí como si Melody se hubiera tomado un blister de valeriana, era precioso. Hasta que el telón aparece, incluido el plano donde los bailarines sale del su vejiga, estuvo perfecto.
- La corrección de pequeños detalles. Los ensayos sirven, obviamente, para ensayar y corregir los fallos. Pero a veces se nos olvida y parece que son un simple muestrario del producto. Melody cambió los visuales del final para que no saturaran la pantalla, corrigió el oversinging de su agudo que la hacía entrar tarde en el último estribillo e incluyó un “¡poderosa!” que le dió energía y naturalidad a su interpretación. Y todo ello se saldó con mejor resultado.
- El camino hasta aquí. No soy yo muy fan de que una actuación se replantee por completo tras votarla en un Festival como el de Benidorm, que nos permite vislumbrar de qué va la historia desde el origen. Abogo más por matizarla, pero es verdad que lo de Melody necesitaba un reboot global. Y lo ha tenido. Leer en redes, como he leído, que la gente prefería la actuación de Benidorm me deja completamente atónito: prescindir de aquellos visuales manidos -de hecho utilizados por Italia en 2024-, de esa peineta inestable y feista y de un rosa fucsia elegido completamente al babalá como guía de color, me parece un acierto. ¿Se ha sacrificado el camp? ¿Con una actuación en tres secciones, una bata de cola, un sombrero de ala, ese body de drag queen, el guiño, el beso a cámara, el telón, la coreografía…? No lo creo, vidas.
Las manos hacia abajo
- La canción sigue siendo lo que es. Y se nos ha olvidado, porque ha funcionado tan bien como meme y su estribillo se ha fijado tanto en el imaginario general, que ya no nos acordamos de que esto, realmente, poco hook factible tiene. El remix del tema, encima, le resto barroquismo a la canción, con lo que a estas alturas hemos apostado absolutamente todo al carisma de Melody.
- Un carisma a 7,5 kilómetros de la cámara. Precisamente porque digo que hemos apostado todo al carisma, es alucinante que España haya tirado de planos tan generales y tanto cambio de imagen. El público apenas ve a Melody, ¡una señora que se acerca al foco a lanzar un beso! Es que es un perfil de mantener en primerísimo plano durante prácticamente los tres minutos. ¡Si ella es un no parar! Ella es el gancho de toda esta propuesta, pero queda muy tapada por props, bailarines, fuegos artificiales y la necesidad de enseñar un escenario inmenso… y vacío.
- El maldito telón. Los actos de Esa Diva se dividen entre el arranque, el momento telón y la coreografía y celebración final. Pero Melody anda regular de timing: en ningún pase la hemos visto pasar por el telón al ritmo que la canción marca, porque llega tarde de quitarse el vestido negro. La voltereta final se da tan por los pelos que en algún ensayo también ha quedado fuera de tempo. Está todo hecho con una prisa que no hace justicia a su cantante. Y haber colocado un telón -arrugadísimo, por cierto- para que haga un efecto al que nunca se llega, pues no se si es la brillante idea que parece.