Kylie Minogue queda cancelada: podéis ir todos devolviendo vuestras copias de ‘Fever’

Kylie Minogue queda cancelada: podéis ir todos devolviendo vuestras copias de ‘Fever’

Vamos a ver, estimada Kylie Minogue, las cosas funcionan así: la solución a un single fallido a los 50, como ‘Dancing’, no es pasarse de pronto, sin sentido ni coherencia alguna, a la moda de turno del verano pasado. La solución  al fiasco de un single no es ponerse a shakear las marracas en La Habana grabando un single con Gente De Zona. Eso es lo que hace Jennifer Lopez, pero no Kylie. Y vamos a explicar por qué en J.Lo es permisible.

Lo idóneo es que J.Lo se marque bangers R&B-pop a la antigua usanza. Pero, en ausencia de unos dignos, su posición de vedette latina y diva de Revista le permite subirse al carro del EDM o la maraca y el gorro de frutas según la ocasión lo merezca. El rollo vedette de Kylie le permite ponerse orquestal, grabar un tema cargado de saxos y trompetas o pasarse de vuelta a la electrónica, pero no le permite un feature con Gente De Zona llamado ‘Stop Me From Falling’.

Apropiación cultural. Fulminación de cualquier apoyo LGTB. Flop inmediato. ‘Please Stay’. Pero sin mesa de billar. A la Kylie latina se le pasó el arroz después de ‘Light Years’, donde le permitimos un poco de maraca porque la historia iba de cruceros hortera. Ahora, no habíamos convencido de que lo suyo era lo de Dolly Parton y de pronto aparece en La Habana con un cosplay de Selena Quintanilla fingiendo saber qué hacer con sus caderas. Stop el pasarse todos a lo latino.

La cancelación de Kylie es una cosa bastante seria: se trata de una cancelación que podría llevar a su hermana a operarse la cara para parecer ahora otra persona y no Kylie, algo que generaría confusión entre la población australiana y los koalas. La cancelación de Kylie llenaría las tiendas de segunda mano con copias de ‘Fever’, y una estantería de una de esas tiendas, al norte de Londres, con el único cedé que se vendió de ‘Body Language’. Incluso hay quien ha devuelto la cinta.

La cancelación de Kylie es una desgracia inmensa para el mundo del pop, sólo comparable a la muerte de Michael Jackson o cuando Chenoa se pasó a cantautora, y hace que volvamos a perder la fé en el sentido común del pop. ¿Quién no piensa fallarnos nunca?

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