Hace unos días, Kelly Clarkson trataba de encontrarle un sentido a las cero nominaciones a los Country Music Awards que ha conseguido ‘Cowboy Carter’ de Beyoncé. Un álbum que, ya decíamos, tampoco es que hubiera tenido que acaparar los premios del country americano, pero podía perfectamente haber conseguido un par de nominaciones tontas. Ignorarlo fue simplemente absurdo, dado su impacto y las críticas extremadamente positivas que produjo.
Clarkson ha explicado, la verdad es que con toda su buena voluntad, lo complicada que es la industria del country en Estados Unidos y lo difícil que es entrar en ella, motivo por el cual, opina, el álbum de Beyoncé se ha podido ver excluido de la lista de nominaciones:
“Lo encuentro fascinante porque me da la impresión de que esos temas estaban en todas partes. Es duro… yo también lo intenté hace años. Hice algo con Ben Skill. Lancé como dos canciones. Es una industria compliada incluso para mí. Me dijeron en una comida que si no dejaba la música pop y tendía al country no me pincharían. Me lo dijeron a la cara en una comida y yo respondí que “sin intención de ofender, no iba a elegir un género”. Aquello fue difícil, porque yo crecí con la música country. E imagino que Beyoncé también. Somos las dos de Texas, no puedes escapar de ella.
Pero esa puerta estaba cerrada, salvo que dejara el resto de géneros atrás, algo que no creo que ni Beyoncé ni yo seamos capaces de hacer. ¿Por qué limitarte? (…) Al final, aprendí algo de todo esto: la gente sigue viniendo a los shows, ¿no? Les gusta escucharme en country. En pop. Les gusta escuchar diferentes cosas. Y con ella también ocurre. La victoria real es que ni siquiera necesitas el premio.”
Kelly tiene razón en lo de que es una industria tremendamente cerrada y muy focalizada en artistas que se dedican estrictamente al country. Y para ser exactos, ella se refiere a lo difícil que es entrar en rotación en radios con un single (Beyoncé fue #33 en radios country con ‘Texas Hold ‘Em’ antes de que dejaran repentinamente de pincharla), pero intenta también ligarlo al tema de las nominaciones.
Pero claro, olvida un dato, de este mismo año en los CMA: Post Malone está nominado a cuatro premios, incluyendo los de single, canción y vídeo del año. Post Malone ha estado, históricamente, nominado en categorías pop, rock, hip-hop e incluso dance en otras entregas de premios. De hecho, este es su primer álbum country pero tiene una carrera con seis álbumes de estudio.
En 2009, Darius Rucker, cantante de rock, ganaba el CMA a Mejor nuevo artista. La propia Kelly Clarkson tiene dos CMA y ha estado nominada en cuatro ocasiones. Olivia Newton-John y Julio Iglesias tienen un CMA, por el amor de Dios. Y la Popular Cantante™ que en 2012 viró al pop ha estado, desde entonces, nominada en 8 ocasiones a los CMA. El año en el que publicó su álbum más pop, 2014, la nominaron a Mejor Vocalista.
Si nos centramos en la radio, Post Malone tiene dos temas en el top10 de las radios country esta semana. A ver si va a ser que son selectivos con quién cruza de género y quién no.
Entonces sí, la industria country es compleja, pero la realidad es la que es: los CMA siguen cabreados como una mona porque, en 2016, Beyoncé los expuso como una industria de racismo recalcitrante que este año ha tocado nuevo techo, a pesar de disimular nominando a un Shaboozey que, al celebrarlo en redes, citaba a la propia Beyoncé, que lo había incluido en ‘Cowboy Carter’.