Las quinielas fallaron porque el boca a boca y los vídeos de TikTok impulsaron en Suecia la candidatura de KAJ, banda que terminó por arrebatarle la victoria del festival a Måns Zelmerlöw. El artista, que ya había ganado Eurovisión en 2015 con Heroes, era el clarísimo favorito de la preselección sueca con Revolution, un tema cuya puesta en escena era impecable y que era un completo cliché eurovisivo de la mejor manera posible. ¿Era una gran canción? No especialmente. ¿Era una canción que lucía ganadora del festival? Totalmente.

Pero como os digo, la victoria se la llevaron los KAJ, con 7 puntos de ventaja sobre Zelmerlöw. Él sí fue el más votado por el jurado (76 puntos, dos más que sus compañeros), pero con tan escasa diferencia, se vino venir que el grupo se llevaría el televoto y, por ende, la victoria final.

Bara Bada Bastu es una canción chorra y pegadiza sobre disfrutar de una buena sauna para liberar tensiones. La polémica ha saltado con su victoria por varios motivos: primero, es una canción en clave de comedia para un país acostumbrado a tomarse esto muy en serio (y a pesar de eso, siguen favoritos en las casas de apuestas) y segundo, la banda ganadora es finlandesa. Se les ha juntado el orgullo patriótico, el sorpasso en la final y el mensaje chorra irritante para que se lie tras la gala.

“No tengo nada que ver con una competición en la que se aplican estas directrices”, decía un John Lundvik que quedaba sexto en la final de este año, quejándose amargamente de la visión del público pero especialmente del jurado internacional. No fue el único enfadado -aseguró que buscaría representar a otro país- , porque el principal afectado del sorpasso, Zelmerlöw, acabaría llorando amargamente tras su fiasco.

“Estaba un poco enfadado, le he dado algunas patadas a cosas. Me deja en shock que el jurado diera una puntuación tan alta a KAJ. Ahora suena a que soy un mal perderdor, pero veremos en mayo si el jurado internacional hizo una buena elección.

Realmente sí, suena a mal perdedor: el jurado, al fin y al cabo, le dio a él la victoria. Además: Suecia debería saber que si se envían canciones chorras a la final, esas canciones tienen las mismas posibilidades de ganar que el resto. Y eso es algo que pasa año tras año, solo que este, los suecos tenían más ganas de jarana. Por cierto, han tenido que venir unos desde Finlandia a cantar en sueco para que el país envíe su propio idioma a Eurovisión por primera vez en 27 años. Tremendito.

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