Bienvenidos a ‘Qué Tiempo Tan Feliz!’, la sección con la que echamos la vista atrás a canciones que, por un motivo u otro, han marcado la historia del pop y creemos que son merecedoras de volver al recuerdo general. Coged vuestros minidisc, cassettes, vinilos o CDs, porque viajamos atrás en el tiempo para revisionar alguna joya.
Rebobinemos pues hoy hasta 2005, cuando Mariah se emancipaba del peso de la crítica años atrás: Mimi se abría al público con un álbum que la hizo recuperar a su público perdido.
Recordemos la década de los dosmiles de Mariah, porque hay tela para cortar. Hay tanta tela para cortar que con ella podríamos tapar todas las gradas de un tour de Fifth Harmony. Es el nivel textil que manejamos: Carey venía de la publicación de ‘Glitter’, su primer flop comercial pero también una película que terminó convirtiéndola en un hazmerreír de cara al público. Se rompía su contrato multimillonario con Virgin y ella terminaba hospitalizada por inestabilidad emocional. Publicaba en 2002 ‘Charmbracelet’, un álbum destinado a dejarse de hostias pero aburrido hasta el límite. Cero hits y otra sutil caída de ventas para unas cifras que ya agonizaban lo suyo.
Mariah se tomaba un tiempo fuera de los focos y volvía al estudio de grabación. En 2005, su nuevo álbum vería la luz. Los primeros singles fueron bailando: podía haber sido el baladón ‘Stay The Night’, podía haber sido ‘Say Something’, pero LA Reid aconsejó a Mariah volver a encerrarse y grabar temas más potentes de cara a su comeback.
Y de la sesión más chorra, salió ‘It’s Like That’. Y era justo lo que aquella Mariah necesitaba: después de años de presión mediática y bajón emocional, la canción la presentaba como alguien despreocupado por lo ajeno, centrada en pasarlo bien y en salir con las amigas a olvidarse del resto del mundo. ‘It’s Like That’ supuso un chute de energía a una Mariah que venía de leads como ‘Loverboy’ y ‘Through The Rain’: la primera, su enésimo ‘Fantasy’, la segunda, un bajón.
De modo que la base hip-hop, el mensaje vacío pero buenrollista, el puntito de chulería (“them chickens is ash and I’m lotion”, que podría traducirse como “ellos tan rancios y yo tan estupenda”) y el hook del estribillo – pedido prestado del ‘Hollis Crew‘ de Run DMC de 1984- fueron un arranque tan eficaz como imprevisto para la emancipación de Mimi.
Mariah rodó juntos los vídeos de ‘It’s Like That’ y ‘We Belong Together’, con lo que en su mente ya estaba clara la idea de que el baladón -uno de sus mayores hits de la historia- sería el segundo single. El clip, con bien de presupuesto, la presentaba en un entorno chic, un tanto inspirado en ‘Eyes Wide Shut’, en lo que era su despedida de soltera: preparándose para casarse con el señor ricachón de turno, Mariah termina enamorada de Wentworth Miller, aquel actor one-hit-wonder de ‘Prison Break’.
Y en el clip de ‘It’s Like That’ también sumó unos cuantos puntos Mariah: todo estaba teñido de su punto hortera de siempre, pero mucho más medido que la payasada que era realmente el clip de ‘Loverboy’, por mucho David Lachapelle que tuviera en la dirección. Y tampoco se pasaba de moñas como el vídeo de ‘Through The Rain’: la credibility card se la pasó Mariah por la punta de su alisado japonés. Y volvió a funcionar.
Classy, pero sassy, Mariah invitó a Brett Ratner, director de ‘Heartbreaker’ y ‘Thank God I Found You’ (amen de la propia ‘PrisonBreak’), para dirigir el vídeo. Un poco de coreografía, un mucho de ventilador, otro poco de humor, y otro tanto de “no dejes que un romance te estropee la fiesta, que el Ron se nos calienta”, et voilà, ‘It’s Like That’ quedaba traducida a imágenes.
El dato shook: ‘It’s Like That’ nunca pasó del #16 en Estados Unidos. ¿Pobre para estar hablando de un comeback que terminaría vendiendo más de 7,5 millones globales y sería el disco más vendido del año en US y el segundo en el mundo (su archienemiga Madonna también se marcó un buen efecto comeback con ‘Confessions On A Dancefloor’)? Pues no realmente, el truco está en los detalles.
‘It’s Like That’ supuso el comeback de Mariah Carey a las radios americanas, que aceptaron el single con bastante entusiasmo, cosa que no ocurría desde hacía años. La canción debutaba en el Hot100 en el #53, haciendo de ella el mejor estreno de Mariah en un lustro. Con el paso de las semanas, la canción iría ganando posiciones y ventas, hasta llegar al top20 y ser certificada Oro, el primer certificado de Carey en la era digital, y el primero desde ‘Loverboy’ -que lo consiguió de forma muy apurada- en marcarse semejante hito. ¿Podría haber llegado más alto? Quizá sí, pero el mercado digital empezó a computarse 15 días después del lanzamiento de ‘It’s Like That’ en Billboard, y quizá aquel impulso inicial de descargas la hubiera terminado llevando al top10. Quién sabe.
Desde aquel entonces, Mariah ha conseguido certificar media docena de singles más: el último, ‘#Beautiful’, fue Doble Platino en 2013 y tampoco alcanzó el top10, quedándose en el #15.
A escala internacional, ‘It’s Like That’ fue #9 en Australia, #7 en Italia, #13 en Noruega, #10 en Suiza, #16 en Francia, #14 en Alemania y tocó techo en el Reino Unido, llegando al #4. El lead de ‘Emancipation’ fue su primer top5 desde el #1 de ‘Against All Odds’ en 2000, que fue #1 porque contenía el featuring de Westlife, un imán de liderazgos en las islas. Eso sí, Mariah no conseguiría repetir el Oro de ‘Odds’ hasta su siguiente single en UK, el #2 ‘We Belong Together’. Y es que sí, Carey lleva 20 años sin #1s en UK, ni siquiera la Navidad la ha librado de la Plata.
En Spotify, ‘It’s Like That’ suma 31 millones de escuchas, pero queda lejos de sus temas más populares en la plataforma.
https://youtu.be/Vn6t-dGBqHA
