David Lafuente se retira. Con honores, porque para algo es nuestro héroe nacional y para algo ha firmado una carrera por la que muchos matarían: ha cantado junto al icono eterno que es Sara Serena, ha denunciado a media Valencia, a todos los bajos, que si la llaman Santa Isabel, que si otras veces Isabel La Católica, ha publicado un puñado de singles que acumulan 0,4 millones de media de escuchas en Spotify y sufrido el doble outing más comentado del pop patrio -wait for it, Pablo- con vídeos en una fiesta y la publicación de sus redes de ligoteo. Una leyenda, tbh. Sir Elton John who.
Se retira, pero no a la ligera. No como Tamara La Mala, la de ‘Si Nos Dejan’, que decía que se retiraba y luego sólo resultó retirarse para hacerse una cara nueva desde los cimientos. No, se retira como Cher en el ‘Farewell Tour’. Bueno, tampoco. Es decir, es que David Lafuente se retira en serio. Con cuatro conciertos para despedirse, eso sí.
Actuará en salas de Barcelona, Valencia, Granada y Madrid, culminando su retirada en el mes de febrero frente a La Alhambra, que ya fuera hogar de otros personajes históricos previamente. Una pena que la cosa no acabe con el concierto de Madrid, porque qué mejor manera de irse uno que con un concierto en La Palma, teniendo en cuenta que su carrera, erm… la palma.
En cualquier caso, suficiente shade: ya decíamos que era buen momento para que Lafuente se apartara de los focos, se replanteara qué hacer con su vida, se alejara de su nefasta imagen pública y de volver, lo hiciera con un buen reseteo y otra fórmula en unos añitos. Mientras tanto, a los fans -vamos a ahorrarnos el comentario intermedio, que hemos dicho que ha sido suficiente shade ya- les queda disfrutar de cuatro shows en los que el artista anuncia sorpresas y grandes momentos.
Las entradas premium incluyen una cena con él. Y después de todo este camino, francamente, estamos tentados.
