Nos habíamos acostumbrado a un ritmo de lanzamientos de Raoul que era prácticamente el mismo ritmo que Ramón Sampedro tendría en unas clases de salsa en el centro cívico de Boiro: ninguno. Y de pronto, han llegado un puñado de lanzamientos que nos han hecho perder el norte al respecto de esto y se nos han quedado sin comentar porque quién iba a imaginar tanto single en tan poco tiempo.

Tiene todo el sentido, realmente, con ‘El Pecado’, su álbum debut, previsto para el 2 de junio, lo que hubiera sido raro es que Raoul cumpliera su estadística de un single cada par de años. Hubiera sido una promoción que habría parecido diseñada por el equipo de Chanel Terrero. De modo que se han publicado ‘Prisionero‘ y ‘Su Principe’. Vamos a echarle un ojo.

El single foco parece ‘Prisionero‘, que coge el testigo de ‘Lo Que Debe Pasar’, la primera canción que conocíamos del proyecto. Nos ha dejado un poco descolocados, para qué os vamos a mentir. Raoul llega con una producción bailable, con palmas, un poco el hijo que podrían tener las últimas canciones de Anaju y los clásicos de Natalia. El mensaje es personal y está bien tirado, pero la producción acaba siendo algo previsible e impersonal, porque hemos visto ese tipo de recursos decenas de veces entre artistas más amateur que buscan un hueco replicando tendencias de estos años. Y porque no la esperábamos precisamente para alguien como Raoul. Lo imaginábamos tirando hacia otras direcciones.

Será tu rollo si: haces coreografías delante del espejo del baño, tu sueño es salir por la Feria de Abril, crees que lo mejor que ha hecho Dabruk está en el recopilatorio de Natalia.

Ahora, bien, el verdadero issue lo tenemos con el siguiente tema, ‘Su Príncipe’. Tuvimos que consultar si la canción se había publicado para celebrar el día de la madre, pero no. Realmente vio la luz días después. Es demasiado literal. Es siempre cuco ver a los artistas dedicarles mensajes a su familia -estamos justo viviendo el éxito de ‘Acróstico‘ de Shakira, por ejemplo-, pero en este caso, las referencias y los mensajes se pasan un poco de literales. Y en una relación madre-hijo, a veces esa intimidad fuera de contexto puede quedar un tanto cringeworthy.

No nos malinterpretéis, es precioso que le dedique un tema a la relación materno-filial y al instinto de protección de ella. Pero la canción queda rarísima. Y nos traslada además a un terreno un tanto folk-pop del tipo Blas Cantó álbum debut, que nos vuelve a descolocar.

Hemos tenido un baladón, un uptempo palmero y una canción de cowboy. Nos está costando seguir el hilo seís años después de empezar a tejerlo.

Será tu rollo si: caes rápido en la expresión «kleenex y psicólogos», eres muuuuuuuy fan, compras biografías en audiolibro.

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