Resumen de la situación para que entendamos qué pasa:
- Taylor Swift es una cantante americana.
- Taylor Swift ha anunciado 52 estadios en Estados Unidos dentro de su ‘The Eras Tour’.
- Taylor Swift es muy popular.
Bien, con los datos sobre la mesa, las entrada del tour salen a la venta a través de Ticketmaster. Y se genera un absoluto estado de locura global: la web se colapsa, da errores continuamente y conseguir las entradas se torna más complicado para un fan de Taylor Swift que para Cheryl Cole esquivar la malaria en 2014.
Se estima que sólo el 2% de los que intentaron conseguir la entrada lo hicieron y eso que se vendieron, ojo, un total de 2,4 millones de tickets. Para hacernos una idea, el último tour de Taylor Swift, ‘Reputation‘, vendió 2,8 millones en total durante toda la gira.
Las cosas así, el drama de Ticketmaster ha aumentado más, porque la plataforma ha suspendido la venta de las entradas restantes, que eran las de venta general, porque apenas les quedan ya entradas disponibles.
Total, que este follón ha provocado una batalla campal entre Ticketmaster, el sistema de justicia americano, el público y Taylor Swift. ¿Cómo ha reaccionado cada uno? Veamos:
Taylor Swift, contra Ticketmaster
Taylor no se ha andado con chiquitas: la cantante activó un sistema de ‘fan verificado’ para poder comprar entradas, de forma que había que loguearse para evitar que los bots colapsaran la web. A pesar de ello, lo hicieron. Sumados a los 3,5 millones de personas que se suscribieron al ‘fan verified’. Según la artista, Ticketmaster había asegurado tener estrategias que evitaran el colapso:
«Bueno. Ni falta que hace que explique que soy extremadamente protectora con mis fans. Hice esto específicamente para mejorar la calidad de la experiencia de mis fans, con ayuda de mi equipo, al que le preocupan mis seguidores tanto como a mí.
Es complicado para mi confiar en una entidad ajena con estas relaciones y alianzas, y es espantoso ver cómo ocurren estos errores sin que se solventen. Hay muchas razones por las que la gente ha tenido problemas para comprar entradas y estoy valorando cómo puede esto mejorarse de cara al futuro.
No voy a excusar a nadie porque les preguntamos varias veces si podrían hacerse cargo de una demanda como esta y nos aseguraron que sí. Es increíble que 2,4 millones de personas tengan ya entrada, pero me cabrea que el resto haya vivido la experiencia como si una manada de osos los atacara.»
Ticketmaster se disculpa
Ticketmaster se ha disculpado en redes sociales ante los fans y ante Taylor Swift, explicando en su web oficial qué es lo que ha ocurrido para que el sistema se colapsara. Básicamente explican que debía haber alrededor de 1,5 millones de personas en la web y el resto de fans en lista de espera, pero que de pronto tuvieron un tráfico de 3.500 millones de personas (!!), cuadruplicando su registro más alto hasta la fecha. Obviamente millones de bots entraron en la web sin código.
El público alucina con la reventa
Algo que honra a Taylor Swift es que no ha jugado con una nueva estrategia llamada ‘precio dinámico’, que se basa en subir los precios de los tickets cuando la demanda es alta. Es surrealista, pero artistas como Bruce Springsteen han tenido la jeta de engañar a su público con esta historia. Ella optó por dejar el precio de las entradas fijo, pero el desbordamiento de Ticketmaster ha provocado la reventa.
Y no una reventa cualquiera: a sabiendas de que quedan pocas entradas, algunos de los tickets se venden ahora por más de 20.000 dólares. Y claro, el público está que trina. Y no sólo el público: la Fiscalía de Tennesse investigará a la empresa de venta de entradas para ver si todo el proceso se ha llevado con transparencia. Vaya, que la liada es gorda.
Eso sí, Ticketmaster alega que sólo el 5% de los tickets que han vendido se encuentran ahora disponibles para reventa. Pero claro, el 5% de 2,4 millones sigue siendo la friolera de 120.000 entradas. Que no son precisamente cuatro tickets pululando por ahí: es todo un negocio.
