Habrá muchas cosas que decir sobre Rosa López, pero desde luego no se podrá decir que no es versatil. A lo largo de sus 20 años de carrera lo mismo te ha hecho un pop-soul, que un EDM, que un bolero, que una jota aragonesa, que una versión en ucraniano de ‘A Dios Le Pido’. ¿Que puede que esos bandazos sean precisamente los que le han provocado no atesorar un público fiel? No importa, ella sigue probando porque hay que tener su voz en toda tendencia existente. Os reiréis el día que se lleve de nuevo el soul-latino y un dúo con Pancho Céspedes se convierta en su ‘Colgando En Tus Manos’.
Pero por ahora, la ruleta de la muerte de Rosa López la lleva a meter la cabeza en el pozo de reggaetón. Porque a quién no le iba a gustar una propuesta de reggaetón de Rosa López. Uno vez los vídeos de los últimos conciertos de la artista, valora el target de público allí presente, y dice: “Joder, si es que están pidiendo un reggaetón a gritos. Si es que esa señora de Moratalaz que viene con su babi de flores no ha traido de los pelos de Maikel Delacalle porque con la artritis se maneja regular. Pero si no aquí estaba y se lo plantaba a Rosa en el escenario reclamándole una colaboración.”
Rosa mezcla elementos del urbano latino con otros del funk carioca, sólo un lustro después de que se pusiera de moda, y da luz a ‘Hablemos De Amor’, una canción sobre alguien que no sabe nada de Rosa, con un mensaje contundente, que la artista presentaba así en Instagram:
“Después de un año y medio sin conciertos, me ha dado tiempo a darle muchas vueltas a la cabeza. He grabado temas para dar en el clavo, de un lado a otro, buscando lo mejor siempre, ya lo sabéis, pero sobre todo buscando esa canción que nos hiciese salir de esto.
Algo fresco, positivo y lleno de amor. Así que creo que este será comienzo de un nuevo viaje hacia nuevas producciones y diferentes caminos donde experimentar con la música y con otra perspectiva.
Deseando poder incluirla en los próximos conciertos.”
Lo que decimos: ella siempre experimental. Ella es prácticamente el Doctor Bacterio de nuestra industria. Y algún día, algún hermoso día, el sol saldrá y mirándolo fijamente diremos: “¿veis como con algo tenía que atinar?”. Automáticamente después, los rayos solares nos dejarán ciegos.