Hemos sumado varias escuchas de ‘Fall In Line’, incluidas las del tema que se filtró en su día sin Demi Lovato, y nada: no conseguimos que la tercera entrega de ‘Liberation’ nos diga nada en absoluto. ‘Accelerate’ nos pareció un buzz complejo, difícil, pero que a la larga se convertía en un grower urbano algo interesante, y ‘Twice’ nos enamoró de inmediato, con ese halo de la Chretina oscura de la era ‘Stripped’.
Pero esto… esto no va a ninguna parte, en ningún momento. Christina Aguilera utiliza a Demi Lovato como escudo anti bubbling-under en busca del mínimo colchón comercial para el lanzamiento del álbum, pero con la canción no hay mucho donde rascar. La melodía es bastante vaga y simplona, una sorpresa en la discografía de Christina que ha solido cuidar estos detalles con bastante mimo, el estribillo acusa un falta de objetivo importante, sin llegar a destacar en ningún momento, y sobre todo, el cruce de ambas cantantes al final del tema es una batalla campar por ver quién la tiene más grande. Y os damos una pista, en el caso de Demi y Christina, ambas son superdotadas.
Con lo cual, el oyente termina saturado de excesos vocales, que sí, se limitan esa zona final, pero se hacen complicados de tolerar: es innecesario, por ejemplo, que Aguilera interrumpa las estrofas de Lovato con ad-libs, han desaprovechado la ocasión de armonizarse en vez de superponer sus voces, y aunque el mensaje feminista de la canción y el espíritu de unión de ambas nos gusta, hay un vacío musical tremendo en ‘Fall In Line’.
Le faltan arreglos soul para ser soul, le sobra soul para ser urban, y desde luego, pop no es: no hay hook alguno al que aferrarse en la trayectoria del tema. En ‘Fall In Line’, sólo se salva el mensaje empoderador de base. Habrá que ver si la presentación en directo del domingo en los Billboard Awards nos ayuda a digerirla mejor.