Demi Lovato ha vuelto. Y ya no quiere ser rockera, porque es una fase que ya ha tocado. Como cuando fue latina, cuando fue cantante de soul-pop y cuando fue intérprete de jota aragonesa en un mercado del vegetal en los Monegros. Ella todo. Ahora le toca “volver al sonido más pop dance“. Volver, as if, porque si algo sabemos de la dirección artística de Demi Lovato es que es más caótica que el Big Bang. Ella no es que llegue al estudio a hacer un brainstorming, ella se centra solo en la segunda parte, la del brain ya tal.

Y de ese storming ha salido ahora Fast, un single producido por Zhone que la lleva a terrenos más machacones y de club. Zhone, por poneros en contexto, ha producido a Charli XCX, Loreen, Kesha o Rose Gray. Y con Fast ocurre que podría haber acabado en el proyecto de cualquiera de ellas. Pero aquí está, en el de Demi Lovato, porque cuenta ella que “está dejando ir las inhibiciones” y “probando nuevos territorios”. Pues vale.

Fast es tan impersonal como práctica, como digo en el titular. Es como regalar un pijama: así de primeras no dice demasiado ni del regalador ni del regalado, pero ¿y lo práctico que es? ¿Lo bien que viene cuando llega la hora de ir a dormir? ¿Y lo que abriga? Pues con Fast igual.

No que abrigue, sino que es práctico: es básicamente un banger pop que le hubiéramos agradecido a cualquiera que lo publicase. Es pegadiza, es bailable, es rapera y va un poco en consonancia con el comeback de las Blackpink, con estas ganas que tenemos todos de pronto de tener una lesión cervical de tanto mover el cuello a su ritmo.

Fast muestra a Demi haciendo algo icónico como caminar despacio y fuera del beat del tema mientras a su alrededor ocurren todo tipo de cosas caóticas. En un momento determinado, hay en las pantallas de televisión varios memes de su carrera que ella aprovecha para tomárselos a coña y hacer algo de humor con lo suyo. Que es mucho.

Si la Demi disfrutona ha vuelto para quedarse en su noveno álbum, bienvenida sea. En el décimo ya nos sorprenderá con unos ritmos de flamenco.

Será tu rollo si: Quieres Charli, pero no quieres XCX; estás en tu era más caótica y mezclas calcetines en su cajón; te has teñido el pelo de blanco porque estás “loquísime”.

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