La última edición del Festival de Eurovisión fue un notable mess. Que diréis “bueno, esto puede decirse del Festival cada año” y realmente tampoco os faltaría razón, pero el año pasado, con toda la bronca del país de la artista Genoveva Cida delante y detrás de las cámaras, llegamos a nuevos niveles de despropósito.
Dos cosas curiosas relacionadas con el país ocurrieron durante el evento: la eliminación de Bélgica, uno de los grandes favoritos, durante las semifinales (fue uno de los países y artistas más críticos con la participación de Genoveva) y la expulsión del artista holandés, que no sólo había sido crítico sino además increpado por la delegación que acompañaba a Genoveva en los pasillos del Festival, delante de las cámaras de forma totalmente impune. Aparentemente, se expulsaba a Joost Klein, también uno de los grandes favoritos de la edición, por agredir a una cámara de televisión a la salida de uno de sus ensayos.
Paradójicamente, en un evento repleto de cámaras -no sólo profesionales, sino también de los móviles de todos los acreditados y acompañantes-, absolutamente nadie fue capaz de capturar el momento. Y mira que tenemos imágenes hasta de los artistas eurovisivos afeitándose la axila. Declaraciones, incluso, de sus vellos axilares si fuera necesario. Pero no de ese momento.
Arrancó una investigación para aclarar lo sucedido y, ahora, tres meses después del evento y tras la eliminación de Países Bajos, se cierra por falta de pruebas. El juzgado B 5921-24 del distrito de Malmö asegura que da carpetazo al caso “porque no se puede probar que el acusado tuviera intenciones de agredir a la cámara o su golpe fuera motivo de generarle la sensación de agresión”. Alega que los hechos ocurrieron con demasiada velocidad y que los testigos allí presentes percibieron de formas muy diferentes lo ocurrido.
El artista ha reaccionado a la noticia a través de Instagram, en el que aún tiene como biografía ‘Eurovisión 2025’:
“Los últimos dos meses fueron terribles. Aunque me encanta actuar en cualquier parte del mundo, algo no estaba bien. ¿Por qué tuvimos que esperar tanto tiempo para una respuesta? Todos los días me sentía inseguro mientras yo sabía la verdad. No había caso contra mí, porque nunca hubo un caso.
Todos deberíamos cuidarnos los unos a los otros, deberíamos apoyarnos y deberíamos unirnos. Las empresas solo quieren proteger su dinero y trataron de usarme como escudo. ¿Pero sabéis qué? El amor siempre gana. ¡confía en el proceso! Aunque perdí toda esperanza, ¡estamos de vuelta!”
Mientras tanto, la televisión holandesa ha confirmado que pedirá explicaciones a la UER, de quien no recibió respuesta tras una reclamación inicial hace ya meses. Una vergüenza de edición que quedará para la historia por muchos motivos, incluida la gestión posterior de esta problemática.