Este año he decidido echar un ojo con mayor detenimiento a las 36 canciones que se presentan a Eurovisión. De una en una, ire desgranando las candidaturas a la victoria en Basilea, Suiza. Eurovisión se celebrará el próximo mes de mayo, entre los días 13 y 17, celebrándose la final en este último, donde España peleará por su enésimo bottom con Esa Diva de Melody.
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El país en el que me detengo hoy es Finlandia.
La canción
Finlandia apuesta por ser lo más Finlandia posible: una mezcla de estilos y sensaciones rarísima. Finlandia de pronto tiene un poso metalero oscuro, de pronto es sensual y provocativa, de pronto arranca el estribillo entre el amago de canto gutural y el clásico de ABBA.
El tema ha levantado ciertas ampollas entre los puristas televisivos, que piden un poco de censura, porque la canción juega con el doble sentido de la letra (ich komme, en alemán, significa algo así como ‘me vengo’) y el contenido, por lo general, es un poco la Ana Obregón que trabajaba de noche en Ana Y Los Siete. Y Dios prohíba a una señora tomar el control de su actividad sexual delante de las cámaras. ¿Es que nadie va a pensar en los niños?
El vídeo / la actuación
Aquí es cuando Erika Vikman decide que si quieren censura, van a tener que censurar dos tazas, varios platos, la tetera, la cuchara y el cucharón. La artista aparece en el escenario sirviendo cantante con actitud desafiante, como lideresa de una banda rock -aunque con detalles eurovisivos en el outfit de látex con mucho adorno imposible-. Mira a cámara con actitud de comérsela, se pasea por el escenario con el coño en una bandeja que se ofrece únicamente a si misma y juega con el pie de micro para garantizar que ningún adulto frente a la cámara se haya perdido el doble sentido.
Por si no fuera suficiente, segunda mitad. De pronto, tras un breve plano de reacción del público, Erika está subida a otro pie de micro gigantesco. Igual que aquellos con los que venía jugando: ya lo ha convertido en un símbolo reconocible de su actuación. Y para cuando esta culmina, salen chispas del mismo. Si había alguien despistado frente a las cámaras ha corrido a conectar con la televisión. Énfasis en… erm, ¿despistado?
¿Qué opciones se le ven?
Erika podría dar la campanada, por por el momento está quinta en las casas de apuestas, posiblemente impulsada por ahora por la conversación que se ha generado por todo el tema de la censura. Habrá que esperar a ver cómo traslada su puesta en escena a un gran escenario, si por el camino no se corta con nada y si el fuelle de todo este momento erótico-festivo le aguanta hasta la emisión del festival.
