Cambiamos de tercio en nuestra sección eurovisiva, y habiendo terminado de repasar el paso de España por el Festival en los últimos 20 años, procedemos ahora a recordar algunos de los mayores hits que hayan pasado por Eurovisión: ojo, no os hablamos de buenas posiciones, sino de canciones que por a o por b, nos tocaron la fibra en su momento.
Hoy nos quedamos en 1983, cuando Reino Unido consideraba -en repetidas ocasiones- que íbamos al Festival con un tema “muy étnico”. “MUY étnico”.
La canción
A Remedios Amaya no le fascinaba especialmente ‘Quién Maneja Mi Barca’. Ella prefería haber acudido a Eurovisión con ‘Noche, Luna y Olivo’, pero la delegación de aquel año ya había tomado la decisión de enviarla con la ‘Barca’. La canción era muy representativa del cambio que estaba experimentando el flamenco en los primeros ochenta: mezclándose con otros géneros, se había dado lugar al llamado “nuevo flamenco”, que mezclaba las raíces clásicas del género con sonido comtemporános: sintetizadores, bajos potentes, ritmos más pop… digamos que Remedios Amaya era lo más cercano a Rosalía que se ha enviado en Eurovisión.
La canción tenía una estructura repetitiva basada no tanto en un estribillo que prácticamente funcionaba a la vez como verso, sino en la pasional interpretación de la artista y los giros vocales con la que la cantaba. El peso de la ‘Barca’ recaía en Remedios Amaya, aunque la elección del tema fue audaz y adelantada a su tiempo. El nuevo consejo de RTVE había decidido aquel año que “no había que imitar a Europa, sino enviar algo muy español”. Es posiblemente la misma mentalidad que le exigen a la cadena los eurofans hoy día, y vamos a atrevernos a decirlo: un tema como ‘Quién Maneja Mi Barca’ tendría mejor aceptación en el Festival de hoy que en el de 1983.
La actuación
Estuvo gafada desde el primer momento, pobre Remedios: un señor de la televisión alemana se le acercó tras los primeros ensayos, y le dijo a la artista que no podría llevar el vestido que había elegido. El vestido que Remedios tenía previsto vestir era este:
Un vestido de transparencias y pedrería en tonos vino, que la televisión alemana le prohibió lucir porque, según sus palabras, “era negro y se confundía con el suelo del escenario”, que aquel año era también oscuro. Por tanto, Remedios se quedó con su segunda opción, el traje que había lucido para el vídeo de la canción. Pero el cambio del vestido provocó un segundo drama: no había calzado que fuera a juego con el traje azul, porque todo estaba pensado para el vestuario original.
Harta de probar con diferentes opciones, Amaya se enfadó y decidió salir a escena descalza, igual que en el vídeo, aunque considerara que podía traerle mala suerte. La actuación siguió adelante con poco más que su poderío escénico: la artista se mostró afinada, confiada y pasional, y no hubo queja alguna con la performance, que fue vitoreada por el público y bien valorada por los críticos.
El resultado
El tercer cero histórico para España y la peor posición del país en el marcador hasta aquel momento: un 19º lugar que podía haber terminado siendo un 20º de no haber empatado con Turquía a cero.
Más allá del espantoso resultado en Eurovisión, que provocó un cabreo importante de la artista en el momento, pero luego supo tomarse con mucha más deportividad, lo curioso fue el impacto que aquel cero tuvo a posteriori: Remedios Amaya se retiraría del mundo del espectáculo al que no volvería hasta 1997, y Eurovisión pasó a retransmitirse en La2 debido a que RTVE consideró que “la puntuación había generado poco interés en el Festival”.
Una decisión bastante criticable, considerando que España terminaría tercera al siguiente año, sin que la decisión de relegar el concurso a la segunda cadena fuera cambiada. También Nina, Sergio Dalma y Azúcar Moreno cerrarían con resultados estupendos, pero no fue hasta 1993 que Eurovisión volvería a emitirse en La1. El festival pasó del 25,4% de share de 1992 -emitido en La2- al 42,2% de 1993 -en La1-. Dos millones de personas más se engancharon a la emisión aquel año. Desde entonces, Eurovisión sólo ha bajado del 30% en 5 ocasiones, y nunca ha caído del 27% a pesar de la elevada competencia de los años recientes, con muchos más canales que en los noventa.