Cambiamos de tercio en nuestra sección eurovisiva, y habiendo terminado de repasar el paso de España por el Festival en los últimos 20 años, procedemos ahora a recordar algunos de los mayores hits que hayan pasado por Eurovisión: ojo, no os hablamos de buenas posiciones, sino de canciones que por a o por b, nos tocaron la fibra en su momento.
Hoy vamos con ‘Drip Drop’, una baladón de Azerbaiyán en el que Safura trató de brillar en el escenario como los diamantes de su vídeo oficial. Lo consiguió a base de tecnología punta.
La canción
Es la versión musical de aquellos desfiles de ropa interior de ‘Noche De Fiesta’, hortera, predecible, pero por algún motivo, te mantiene pegado a ello. Sabes lo que vas a escuchar, sabes cómo va a desarrollarse, pero continúas escuchando con la esperanza de que en algún momento ocurra algo inesperado que te saque del bucle de banda sonora de musical de pueblo en el que estás inmerso. Y de pronto, pum, ‘Drip Drop’ llega a su fin.
El baladón, que habla de una muchacha que está enamorada de alguien con al que se le ha roto el amor de tanto usarlo, se pregunta si aún pinta algo en la relación. Y el título del tema, por si el estribillo no parece ya suficientemente intenso con sus notas bien alargadas, sirve de onomatopeya de las lágrimas que caen de sus ojos. Ella, reina de la metáfora cristalizada.
Cuenta Wikipedia sobre el vídeo oficial del tema que Safura estuvo apunto de ahogarse durante la grabación, y es que el clip es básicamente una sucesión de escenas de riesgo de temática acuática: primero la riegan cual si fuera ella una petunia mientras trata de interpretar el tema evitando resbalones, y después aparece en la mayor escena de acción del clip, jugándose la vida en las escaleras de una piscina infantil, donde, imaginamos, podía haber fallecido víctima de la enorme profundidad del espacio.
Alguien debió tirarle manguitos al agua, y consiguió llegar a Eurovisión sin mayor problema.
La actuación
Podría definir el concepto “eurovisivo” en sí mismo. Safura aparecía con un vestido imposible y una escalera con pantallas al arranque de la balada. Cola de tules, un diseño que grita “¡dos mil diez!” hasta dejarse la voz, y el truco definitivo: un corsé repleto de luces LED que se iluminaban de distintas formas según la canción avanzaba.
Pero como la puesta en escena no era lo suficientemente absurda y rococó, Safura decidió utilizar todas las armas festivaleras posibles: ahí apareció un bailarín por un costado para marcarse con ella una coreografía digna de fiesta de Quinceañera, después salió corriendo por el escenario acompañada de un ventilador que movía su vestido, y al volver corriendo -de forma bastante extraña, por cierto, todo su outfit se iluminó como si fuera ella una Nintendo DS terminada de cargar.
Y recordemos que, con todo esto, lo que sonaba de fondo era una balada estilo Mirela, no especialmente bien interpretada a nivel vocal -normal, no paraba quieta-, que poco, nada o absolutamente nada tenía que ver con la teatralización extrema de su puesta en escena. Menuda reina.
El resultado
El resultado fue una estupenda quinta plaza en el Festival, con 145 puntos, recibiendo los doces de Bulgaria, Malta, Turquía y Ucrania. Una quinta plaza que tal vez supo a poco después de conocerse que en su semifinal, Safura terminó segunda por detrás de Turquía, quien, a su vez, terminó segunda en la final dándole la victoria a la Alemania de Lena.
‘Drip Drop’ partía como una de las favoritas de la edición, pero su impacto eurovisivo no se dejó sentir en absoluto después del festival: su mejor posición en listas fue el #15 noruego, pero no pasó del #26 en Alemania, el #40 en Suecia o el #181 en el Reino Unido. De hecho, la carrera de Safura tocó a su final con su siguiente single, ‘March On’. Nunca, a partir de 2010, ha vuelto a lanzar música propia.