En ‘Estrella Fugaz’, tenemos la intención de echar la vista atrás, como nos gusta, para analizar aquellos lanzamientos de estrellas que según empezábamos a disfrutar, de pronto, se fueron. No nos dio tiempo ni de asimilar sus nombres. Las nuevas generaciones no las conocen. Pero durante unos minutos, o unos segundos al menos, sus nombres estuvieron en nuestras bocas por un par de singles o un álbum al completo.
Prepara tu telescopio, y si las ves regresar, pide rápido un deseo: nunca sabes como cuánto va a aguantar su estela. Nuestro invitada de esta semana es Diana Vickers.
Diana Vickers aparecía frente a la mesa del jurado de ‘The X Factor’ en una de sus ediciones más memorables: la de Ruth Lorenzo, Alexandra Burke, JLS… y Eoghan Quigg, que, por algún motivo, acabó acercando la lengua en exceso a la cantante que hoy nos ocupa, y derramando alguna lagrimita cuando fue expulsada cuarta. Sí, por algún motivo, Eoghan Quigg acabó tercero, por encima del resultado de Vickers aquel año.
El jurado de ‘The X Factor’ se enamoró de Vickers rápidamente: la artista se presentaba cantando por Damien Rice, y se perfilaban como una de las concursantes más claras para la edición. “Pareces una pequeña hippie”, le dijo Louis Walsh en aquel momento.
Y así, con todo a favor, Diana arrancó su edición de ‘The X Factor’ sin saber que todo tardaría poco en irse al traste: su técnica vocal no estaba muy trabajada, y la cantante empezó rápido a sufrir las consecuencias, llegando a tener que estar ausente por infección en las cuerdas durante una semana, y siendo expulsada pocas semanas después, tras algunas actuaciones bastante mediocres. La prensa, además, afirmó que Vickers no se llevaba demasiado bien con su mentora, Cheryl Cole, aunque las cantante nunca hicieron públicos sus desencuentros.
A pesar de todo, consiguió ser una de las concursante con más carisma y tirón de aquel año.
El caso de Diana Vickers es bastante curioso. Al término de la gira de aquel año del programa de ITV, la cantante rechazo la oferta de Syco, que la quería en sus filas, y fue contratada por RCA, que le aseguraba un proyecto sin tantas prisas y con un sonido más personalizado. Y es cierto que se lo tomó con relativa calma: antes de lanzar el disco protagonizo, en el West End, el musical ‘The Rise And Fall Of Little Voice’, y meses después, ya arrancado 2010, se publicó su primer trabajo ‘Songs From The Tainted Cherry Tree’.
El disco alcanzó el #1 y llegó a vender más de 100m unidades en el Reino Unido, por lo que está certificado Oro, pero su carrera en singles brilló algo menos: a pesar de que el primer tema, ‘Once’, se convirtió en un hit inmediato, llegando también al #1 de la lista de singles, con el resto hubo menos suerte.
El público británico dejó la fantástica ‘The Boy Who Murdered Love’ en un discreto #36 y Vickers no tardó en tirar de inéditas para conseguir levantar los ánimos en la lista de singles. En ‘My Wicked Heart’, la cantante presentaba un banger del todo Nicola Roberts, y la flauta sonó mientras ella tocaba la trompeta en el tema -sí, Vickers toca varios instrumentos, incluida la trompeta de aquel single-: la canción se colgó del #13 británico y mejoró los datos de su antecesora. Eso sí, se ganó las críticas de parte de l público por su terrible dicción en el tema y su parecido con el ‘Under The Bridge’ de los Red Hot Chili Peppers.
La suerte de Diana Vickers ya se antojaba complicada tras el regular funcionamiento de sus dos últimos singles, y la cantante rompía relaciones con RCA después de su debut, alegando “diferencias creativas”. Básicamente, la discográfica quería llevarla por derroteros más rock, y ella quería un álbum de electrónica de sabor más indie. No fue hasta 2013 cuando ese disco vio la luz, ‘Music To Makes The Boys Cry’, que, a pesar de contener un buen puñado de temas más que dignos, no pasó del #37 en la lista de álbumes.
El primer single del álbum, ‘Cinderella’, sería el único capaz de abrirse camino en el top100 de singles con un anecdótico #76. Hace ya 5 años que Diana Vickers no lanza un álbum, y tampoco parece que vaya a hacerlo en breve.
La cantante ha conseguido una sólida carrera en el West End británico y en el mundo de los musicales en general: ha partipado en ‘The Rocky Horror Picture Show’, ‘The Duck House’ o ‘Son Of A Preacher Man’, el musical de Dusty Springfield que hizo que su perfil de Spotify se haya visto más relleno con un cover de la canción que le da título, del pasado año.
Diana lanzó una línea de moda boho-chic, bastante bien recibida por la crítica británica, y a día de hoy se dedica a ella además de a su carrera como actriz. El mundo de la música de estudio, parece ya más bien un recuerdo lejano.