Edurne está a punto de publicar su séptimo álbum de estudio, ‘Catarsis’, y como ya sabréis a poco que nos leáis o haya seguido ‘Servir Y Proteger’, la cantante se ha pasado al adult contemporary en este nuevo álbum, al saca un pie de Los40 y mételo en Cadena 100, al “¿no queréis Morat? tomad diez tazas”. De modo que casi todos los adelantos del trabajo habían sido melódicas cucas en la que lucir melodías, composiciones bonitas y voz.
Pero también tuvo tiempo para unas gotitas de té en ‘No Vives Por Mí’ y ahora otras pocas en ‘Fugitiva’. Lo que pasa es que lo que en la primera funcionaba, en esta segunda hace un poco aguas. Aguas tipo Mar Mediterráneo. Vamos, que en ‘Fugitiva’ a Edurne podríamos aplicarle la Ley de Costas: no hay que urbanizar lo no urbanizable. Y las estrofas en las que amaga tener algo de chicha fraseando nos llevan a un álbum de hip-hop que sigue vacío, a un sordo paseo por el género rap. Esto era una referencia a ‘Amores Dormidos’, no es que tampoco ahora Edurne suene a 50 Cent.
Pero sí que es cierto que mientras en ‘No Vives Por Mí‘ defendía bien la base pop, en estos momentos fraseados y el estribillo un tanto vago, la canción se nos queda muy a medio gas. Y el lyric se reviste con buenas dosis de shade, con la maquinaria de modelos idénticos, las manos que tratan de alcanzarla, el señor que observa mientras ella huye… no hace falta ponerle el nombre de Óscar Tarruella para ver a quién se está refiriendo.
Aún así, ‘Fugitiva’ tiene su aquel, y puede ser del gusto de los que esperaban una Edurne que ofreciera algo más que bonitos midtempos en ‘Catarsis’. Quizás, tal vez, esta sea una de esas canciones que también tienda la mano a su público del pasado.