Ed Sheeran no termina de estar cómodo en los VMA. Y eso que el tío se planta allí con una camiseta de algodón y unos vaqueros a actuar. Curiosamente, dicho sea de paso, después de hacer su entrada vestido con ropa de diseñador. Se conoce que después de la alfombra roja le entra el espíritu de estar en la Moby Dick en vez de estar en una ceremonia televisada.
Y es que ni buscando esa sensación de noche entre amigos la termina de encontrar Sheeran. Según ha contado en ‘The Julia Show’, el ambiente de los VMA es un auténtico espanto, especialmente en comparación al que se vive, por ejemplo, en los Brits. Según el cantante, en las ceremonias americanas el ambiente está enrarecido no por los artistas, a quien tiene en buena consideración, sino por los equipos que los acompañan, que tienen actitudes no tan simpáticas:
“El lugar está lleno de resentimiento y de odio hacia el resto y es una atmósfera incomodísima. Es la primera vez que he sentido eso. En el Reino Unido, las entregas de premios son del rollo que todos nos emborrachamos y a nadie le importa quién gana y quién pierde, es una excusa para salir una noche. Y los VMA… el caso es que la gente es genial, pero están rodeados de equipos enormes y todos están mirando con desprecio al resto como diciendo “yo he ganado esto, yo he ganado lo otro”… es una atmósfera realmente horrible y siempre termino marchándome sintiéndome triste. No me gusta.
Las fiestas posteriores no son mejores porque los equipos siguen ahí. En los EMA de 2015 alquilé una planta para dar una fiesta pero les dije a los artistas que vinieran solos o trajeran un amigo. Sin nadie más. Y fue realmente divertido, sin que nadie estuviera pendiente de quién había ganado qué o era más grande que quién. Este año lo repetí en los VMA y lo pasamos también muy bien.”
Bien es cierto que en la industria musical ocurre que muchos equipos viven como propios los logros de sus artistas, y terminan siendo como estos padres que están viendo un partido infantil desde las gradas, gritándole a un portero de 11 años como si estuviera a punto de retirarse de la Champions.
Por otra parte, esto desmonta en cierto modo lo de que los artistas acuden allí sabiendo que van a ganar, porque de ser así, sería muy absurdo que ese ambiente se diera, si ya sabe uno a qué va. Se desmonta, claro, salvo cuando una es Beyoncé, que entonces sí que lo sabe. Vamos, o lo sabe o tiene el Don de la oportunidad, porque a los últimos Grammy llegó justo a recibir los suyos y volver a marcharse.
Probablemente, por cierto, no a una de esas fiestas que Ed Sheeran organiza después de las entregas de premios. Lo imaginamos en su planta reservada de este o aquel hotel, nervioso porque acaban de terminarse los Cheetos Pandilla y se ha dejado la cartera en los otros vaqueros. Cuando en realidad solo había traído esos.
Ed Sheeran gets real about award shows on The Julia Show:
“The room is filled with resentment and hatred towards everyone else and it’s quite an uncomfortable atmosphere…It’s just lots of people wanting other people to fail and I don’t like that,” pic.twitter.com/vIYrFpTBF0
— Pop Crave (@PopCrave) September 15, 2021