Rita Ora no pasa por su mejor momento comercial. Algo que podría haberse dicho en cualquier momento a partir del lanzamiento de ‘Anywhere‘, pero en lo que vamos a incidir ahora. Su nuevo álbum, ‘You And I’, entraba la pasada semana al #6 de las listas británicas con 6,2k unidades. La semana siguiente caía al #179 con apenas 1,1k.
Y aquí llega la historia: de esas más de 6.000 copias vendidas de la primera semana, sólo 800 correspondieron al streaming. Es decir, que Rita vendió su disco en la mayorcísima parte, en formato físico y digital. Un formato físico al que le dio bastante coba, confiando en que su fanbase querría en disco en CD o vinilo, y para animar a esas ventas decidió firmar algunas ediciones. Es algo que es costumbre, con lo que todo en orden hasta ese punto.
Pero las ediciones firmadas llegan a casa de los fans. Y claro, si alguien ha comprado ‘You & I’ es que es muy fan de Rita Ora. Y si uno es muy fan de Rita Ora, sabe muy bien cómo es la firma de Rita Ora. Igual que nosotros seríamos capaces de firmar discos de Melanie C sin que nos temblara el pulso imitando su firma. Y ahí llega el problema: las firmas no se parecen en nada entre sí.
Un disco de Rita llega firmado con un tipo de letra, otro con otro. Uno en rotulador plateado, otro en negro fino. Y vamos a ver, generalmente los artistas firman discos de una tacada, no es que se los vayan dedicando a cada fan a lo largo de un mes: es también raro cambiar de utensilio para hacerlo.
Si uno consulta la firma de Rita en Google, se da cuenta rapido de que efectivamente, esos discos los ha debido firmar Rita. Pero la cantaora, no la cantante. La cantaora, no la modelo de Sketchers. La cantaora, no la invitada a cada alfombra roja de Los Ángeles sin que nadie en Estados Unidos sepa exactamente quién es y qué hace colándose en ese evento.
¿La buena noticia de todo esto? Que la estafa firmil no ha afectado a demasiados fans, a la vista de los números del álbum.