Óscar Tarruella, manager y marido de Mónica Naranjo, es un meme viviente, uno de los más divertidos personajes de Twitter, porque se altera muy fácilmente y acaba metido en toda serie de polémicas que lo Salvamizan hasta niveles hilarantes en el terreno musical. Si la última vez lo tuvimos por aquí por atacar al triunfito Ricky Merino, pensando que este estaba haciendo mofa de la carrera de Mónica Naranjo -ojito al complejo, por algún motivo que se nos escapa-, hoy es noticia por otro de sus rants en Twitter:
Dice Óscar esta vez que mediatiza a sus artista musicales para dejarles crear sin presiones. Es decir, que Mónica Naranjo sale en ‘OT’, o en este o aquel programa, para poder tener luego la libertad de dar forma a algo como ‘Lubna’ sin presiones. Pues esto está muy bien, realmente, porque la artista hace lo que quiere, y tampoco se siente luego agobiada con vender o no, porque ya ha cubierto el cupo económico con otros menesteres. Y eso que ‘Lubna’, contra todo pronóstico, sí llegó a vender lo suyo. Eso sí, no estaría de más que, ya que se mediatizan para dar forma a sus proyectos en libertad, no los dejaran después abandonados tras cuatro firmas y dos vídeos. Sin promo, sin gira, sin presentaciones en directo para que los fans pudieran disfrutarlo de algún modo. Está muy bien tener 7 años de proyecto, pero ya que se da a luz con tanto mimo, ya se podía trabajar después con el mismo.
El caso de Mónica Naranjo, de todos modos, es especial: ella ya tiene una carrera con suficiente base como para hacer lo que se le pone en la punta de la ‘Tarántula’. Es decir, salir en televisión le sirve para colar algunas copias más, pero podría prescindir de ello y continuar su carrera tan campante.
El problema llegar con artistas del estilo de Edurne, imagen de cuchillas de afeitar, de galletas, modelo de manos, de pies, anunciante de champús, vendedora de muestras de queso en Pryca e imagen de ‘Got Talent’ en su jurado. El problema de Edurne es que tarda en dar forma a proyectos que son una auténtica broma: porque ‘Lubna’, como disco, puede gustar o no, pero se le intuye una intencionalidad, un trasfondo, una preocupación mínima por el cuidado de detalles. Ahora hablemos de proyectos como ‘Adrenalina’. Sí, contened la risa floja: anunciar galletas le da a Edurne la libertad de recopilar, durante 2 años, una decena de descartes de artistas suecos, traducirlos y producirlos en un cuarto de hora. Siendo ‘Amanecer’ la excepción, y eso que era un tema a medio cocer.
Anunciar galletas le da a Edurne la libertad de tirarse 3 años sin un álbum, y ya veremos con qué se presenta este año, pero ya os decimos que mucho dudamos, vista su carrera y discografía hasta la fecha, que vaya a aparecer con un proyecto digno. Porque no, amigo Tarruella, por mucho que te enfurruñe, las galletas no son la excusa para el álbum de Edurne: el álbum de Edurne es la excusa para rodar anuncio de galletas. Porque si hubiera algún mínimo de dignidad artística tras proyectos así, y el mínimo mimo y respecto por la creatividad, ese álbum jamás hubiera visto la luz.
Pero sigamos enfadándonos porque la gente vea a Edurne como un cartel publicitario andante, y a Mónica Naranjo como mero reclamo televisivo y producto de virales, en vez de darnos cuenta de que la primera no tiene discografía, y la segunda no dado un concierto desde su segundo tabique nasal. Y ha llovido lo suficiente como crear nuevos océanos.
