Demi Lovato la ha tomado ahora con una heladería de Los Angeles. Según parece, la cantante iba a comprar un yogur helado y se topó con un montón de productos sin azúcar, que ella consideró inapropiados. Y se lo hizo saber a la tienda, pero por descontado también a todos sus seguidores, no fuera que resolverlo en privado le supusiera un drama:
“Encuentro sumamente complicado pedir yogur helado en The Bigg Chill, cuando tengo que pasar por al lado de un montón de galletas sin azúcar y otro puñado de productos dietéticos antes de llegar a la caja. Sed mejores que eso.”
La tienda le responde entonces que esos productos los tienen porque también atiende a gente con diabetes, o que es vegana o celiaca. Y que han intentado, en los últimos 36 años, atender a las necesidades de toda su clientela. Pero Demi no para, y ya no está tan molesta con el hecho de que los productos estuvieran a su vista, sino que cambia el discurso para seguir teniendo la razón:
“No es sólo eso. El servicio fue terrible. Súper bordes. La experiencia fue para mí un desencadenante y horrible. Puedes tener cosas para otra gente y al tiempo cuidar del porcentaje de gente que acude a la tienda y los que les cuesta un esfuerzo diario simplemente el entrar en ella. Podéis encontrar la manera de atender las necesidades de todo el mundo. Incluso las de la gente con desórdenes alimenticios, una de las más peligrosas enfermedades mentales, sólo por detrás de la sobredosis de opíaceos. No pongáis excusas, simplemente hacedlo mejor.”
¿Cuál era entonces el problema, Demi? Que la tienda tenía productos para diabéticos o que el servicio fue malo. ¿No será esta una de esas rabietas de famoso en las que desde su posición animan a un puñado de seguidores a cargar contra una tienda por haber recibido “un mal servicio”?
Lo que una vez más queda claro, es que con la situación de salud mental de esta muchacha, lo que no debería tener a mano son redes sociales. Porque es más que evidente, y lo ha sido además a lo largo de los años, que no sabe gestionarlas. Y que no le hacen bien. No hay necesidad de que esté metida en jardines ridículos cada semana. Más que nada porque ella misma promocionó alimentos dietéticos en el pasado.
Pero claro, es complicado sacar nada de Demi, porque un mes después puede usar la excusa de que no estaba bien en aquel momento. Y con esto podría decirlo en mayo. Y en mayo liará otra y lo justificará en agosto. Y así eternamente, mientras nadie se preocupe de sugerirle que los problemas como este se solucionan en oficinas del consumidor y poniendo quejas en la propia tienda. No en Instagram, que no es precisamente la OCU. Lo que pasa es que, con millones de seguidores detrás, la vendetta es rapidísima. El etiquetado o colocación de los productos se la barniza sobremanera.