Así describía Manel Navarro ‘Que Tengas Suerte’ cuando fue a ponerla a la venta el pasado viernes:
“Antes me avergonzaba un poco de contar esta historia. La historia de “Que tengas suerte”. Llegué a Madrid con 20 años. Ángel de luz me llamaban quienes creyeron en mí y en mi sueño.
Después, como todo el mundo sabe, “los monstruos vinieron a verme”, y empezó una etapa dura para mí. Al día siguiente, la vida que había dejado en sus manos, la mía, me la devolvieron como si nada.
Pero es una herida que ya está sanada. Y ahora estoy tan feliz, que esa historia ya tiene forma de canción.”
La canción hace referencia al abandono discográfico post-eurovisivo que sufrió el artista y la sensación de que todo para lo que se había estado preparando de pronto había volado por los aires. “Una herida sanada“, dice, que ha publicado ahora en forma de una canción personal que es, además, uno de sus mejores lanzamientos hasta la fecha.
Hasta que la voz de David Otero aparece y rompe totalmente con el envoltorio emocionante. Porque su parte está cantada en absoluto piloto automático, como si el componente de El Canto Del Loco estuviera viviendo la película desde el otro lado. Que es exactamente lo que ocurre. No conecta con la canción, y por ende, la termina torpedeando con una interpretación paupérrima, enfrentada por completo a la de Manel Navarro, que siente cada línea y la vende. El mensaje llega, pero de forma interrumpida.
‘Cicatriz’, el EP en el que se concentran tanto este dúo como los anteriores de Navarro y que verá la luz el 23 de abril, está pensando como disco a dos, como un proyecto colaborativo con otros artistas como Bely Basarte, Funambulista o el propio Otero. Pero este lanzamiento demuestra que hay cortes que uno debe guardarse para sí mismo, en vez de regalárselos a alguien con el fin de que les de cierta proyección. Porque se quedan en verdad a medias. Y es una pena cuando la canción merece realmente la pena.
