Nia se llevó de calle ‘OT 2020′. Cada semana, su presencia en el escenario era una prueba fehaciente de que a tablas y descaro no la ganaba nadie. Su único problema a la hora de hacerse con el trono del concurso podía ser el factor reality y el carpetero, en el que algunos de sus compañeros le hacían clara sombra. Pero el criterio artístico se impuso y el público dio la oportunidad a Nia Correia, haciéndola vencedora después de un puñado de impecables performances.
Nia venía curtida en el escenario y aprendidísima de cara a ‘OT’, porque lo suyo había sido lucir covers de otros artistas en su anterior trabajo, con números de baile de escala ambiciosa en el club Lio de Ibiza, que ahora tiene como protagonista a gente como Mirela o Gio Bermejo. Por lo que Nia sabía hacer ‘OT’. Venía de hacerlo, sin televisar y sin más jurado que el público de cada noche.
Pero después del programa, llega la prueba de fuego: ¿qué se hace con alguien que parece manejar bien todos los palos? ¿Que hacer un con un perfil presentado como la “Beyoncé española” (-argh-) cuando ese perfil no tiene salida alguna en nuestro mercado? A Nia le quedaba apuntar a lo melódico, en el que le sobraría la competencia, o tirar hacia lo bailable, donde lidiaría batalla con una aún fresca Lola Indigo, compañera de agencia para más inri.
Y así ha terminado pasando lo que podía pasar, que Nia debuta con ‘Cuídate’, un primer EP en el que más que presentarla, parece seguir jugando al juego de prestarle canciones e invitarla a ejecutarlas bien, quedando ella muy por encima del propio tracklist, que a ratos resulta un recopilatorio para ver en qué track puede sonar la flauta.
¿Al servicio de quién están las canciones del EP?
Tampoco es que le hayan colado piezas de catálogo per se: la ranchera melódica ‘Mi Luna Llena’, con co-autoría de Manel Navarro, es una canción preciosa que India Martínez, invitada, hace más suya que la propia Nia, y en ‘Asúmelo’ Roy Borland se defiende mejor con un deje R&B más evidente que el de Nia, que aún así firma con ella una de las mejores canciones del trabajo.
Quizás sea en ese terreno donde pueda buscar una salida: en ese R&B que tiende al latino, que tanto intenta posicionar sin demasiado tino Eva Ruíz y que Nia podría solventar con una mayor visibilidad y el mismo buen hacer vocal. Porque de nuevo, ella saca partido de cada corte, aunque los temas parezcan pertenecer a los invitados.
Ocurre también en ‘Cúrame’, de la que Blas Cantó hace más jugo, porque está situado más en su terreno de baladón de puntito hortera, casi de número adaptado de musical de Broadway para la Gran Vía. Excesivamente intensa para el resto del tracklist y bastante más fuera de lugar en él que su compañera de tintes mexicanos.
Porque al menos sí hay un posicionamiento rondando al latineo en el debut de Nia. Sí se ha buscado una conceptualización que la acerque a los ritmos Gloria Estefan / Miami Sound Machine clásicos. Algo que evoque más su ‘I Like It’ que su ‘Run The World’. Que tenga más sabor canario sin llegar a ‘8 Maravillas’, que a Dios gracias a quedado fuera del set.
Lo que pasa que cuando uno escucha ‘Maldito’ y se da cuenta de lo Rosana del asunto, o ve como ‘Malayerba’ tiene momentos en los que sigue sonando a demo y otros en los que es un quiero y no puedo del uptempo en el que explotar todo el talento de la artista, se termina preguntando si realmente hay chicha en ese movimiento de maracas. Si ‘Arrebatao’ tiene todo el flow que pretende, si ‘Asúmelo’ es todo lo sensual que debería, si ‘Mi Luna Llena’ no debiera haberla cantado en cuestión de diez años.
Nia se ha presentado con media docena de temas que ha sacado adelante, porque ella tiene sobrada capacidad para hacerlo. Pero las canciones no parecen ir a sacarla a ella adelante. Esperemos al álbum completo para ver por dónde decide que vayan los tiros.
★★
Temas clave: ‘Asúmelo’, ‘Arrebatao’.