Crítica

‘Cuerpo Y Alma’ | Beatriz Luengo recupera terreno en España con un álbum desdoblado

‘Cuerpo Y Alma’ | Beatriz Luengo recupera terreno en España con un álbum desdoblado

Siete años de silencio discográfico se rompieron hace unos días con la publicación de ‘Cuerpo Y Alma’, un álbum que Beatriz Luengo confirmó meses atrás y que, según se sabía, iba a contar con dos partes, la más bailable, ‘Cuerpo’, y la más emocional, ‘Alma’.

Con el disco ya en la calle, ese desdoble de la personalidad artística se ha visto confirmado a lo largo de los 16 temas que contiene el cuarto álbum de estudio de la Luengo, en el que afirma llevar trabajando nada menos que seis años. Años en los que, además de perseguir este proyecto, ha estado dando forma a canciones para otros artistas, algunos de los cuales le han devuelto el favor apareciendo en forma de feature en el trabajo.

Y es que el colchón de invitados es una de las mayores bazas con las que cuenta Beatriz, cuya música no ha sido nunca especialmente popular en España, a pesar del éxito post ‘Un Paso Adelante’ que se le suponía a ‘Mi Generación’, del radio play que tuvo la era ‘Carrousel’ y de lo entretenido de ‘Bela Y Las Mosquitas Muertas’, que Luengo ni siquiera tenía claro que hubiera visto la luz en nuestro país.

La otra baza de su resurgir mediático ha sido, faltaría más, su paso por ‘Tu Cara Me Suena’, que nos la devolvió semanalmente al prime time televisivo, y volvió a pinchar en el interés del espectador, que ahora ve como todos estos factores se reúnen al dar pie a la publicación de ‘Cuerpo Y Alma’.

Antes de seguir ahondando en el contenido del álbum, detengamos el foco en nuestros tres temas favoritos del álbum.

 

Caprichosa

Es la canción que apoya el lanzamiento del álbum, y el single más efectivo del proyecto hasta la fecha, aunque Beatriz lo arrancara con el Disco de Oro de ‘Más Que Suerte’ unos meses atrás. Sin el apoyo de radios, ni demasiado ruido mediático, el tema ha conseguido colarse en la lista de singles y superar los 5 millones de streams en Youtube, a los que hay que sumar los casi 2 de Spotify a estas alturas.

‘Caprichosa’ ha funcionado, entre otros motivos, por darnos a esa Luengo que siempre nos preguntábamos por qué reservaba sus uptempos para otros artistas y luego se ponía tan melódica (con salvadas excepciones, como la loquísima ‘Lengua’). Había ganas de verla bailar, había ganas de verla poner la carne en el asador, y el resurgir latino le ha venido que ni pintado. «Que si me quieres, no tardes más de las nueve, porque a mí cualquiera me entretiene» dice antes del estribillo, sacando un desparpajo urban que la acompaña en toda la parte corporal del disco, sin duda la más interesante y sorprendente de su nuevo trabajo.

 

Cadillac

Cómo ha conseguido Beatriz Luengo llevar «un triste Cadillac» a «un desván» es algo que merece la pena que alguien le pregunte durante la promo del álbum, porque ya os decimos que por las escaleras dudamos que lo haya subido. En cualquier caso, y permitiéndole la licencia de llevar un coche a la zona alta de la casa, la oscura balada en la que el colombiano Manuel Medrano ejerce de acompañante es lo que mejor funciona de la segunda mitad del álbum, la del ‘Alma’.

Y lo hace precisamente por eso, resalta por lo oscuro, por lo intenso, porque la voz del cantautor, grave y profunda, se adapta perfectamente al tono mucho más agudo de Luengo y la combinación culmina en un maravilloso contraste vocal a lo largo de la historia de abandono emocional que cuenta el tema.

Aunque la mayor parte del álbum ha sido producida por Yadam, colaborador a largo plazo de la artista, ‘Cadillac’ ha pasado por las manos de Yotuel Romero, que es compositor de gran parte del disco, pero productor apenas de un par de temas. El cubano dota al corte de cierto sabor americano con arreglos de un R&B sutil que lo hacen brillar más cuando se escucha el álbum completo.

 

Amarrao

Dos invitados de lujo para otro de los uptempos que han captado nuestra atención en ‘Cuerpo Y Alma’: por un lado, Brisa Fenoy, que colabora en la letra pero también en la parte vocal del tema, en su segunda mitad; y por otro, Alizzz, conocido en el mainstream por el aporte que ha hecho a la carrera de C. Tangana como productor, que hace también las veces en esta canción.

‘Amarrao’ aprovecha tanto el momentum del urban latino como las posibilidades de combinar el buen hacer de Beatriz con las melodías tropicales, y los conocimientos de Fenoy y Alizzz en el ambiente hip-hop, y acaba florenciendo en una canción bailable pero contenida sobre relaciones incomprendidas y pasionales. «Porque este amor no lo entiende la gente, ¿y qué? tu y yo siempre fuimos diferentes», dice Luengo antes del estribillo.

 

Y es que, hay dos cosas en el álbum que llaman la atención, aprovechando que acabamos de comentar este tema con Brisa Fenoy: el absoluto control sobre las construcciones de los temas, de estructura infalible en casi todo el álbum, y la perspectiva femenina y guerrera de las canciones de baile.

«Ahora parece que todas las canciones urbanas supuestamente feministas hablan de una sexualidad en la que solo disfruta el hombre, (…) claro, son hombres escribiendo lo que les gustaría que las mujeres dijeran», ha comentado la artista, recientemente, en una entrevista para ElDiario.es, donde afirma que abandonó una sesión de composición para Becky G tras lo espantoso de la letra que se le proponía. Y es que uno de los factores que más cautiva de ‘Cuerpo’ de Beatriz Luengo es la naturalidad con la que ella narra sexualidad, relaciones, y vivencias, desde un punto de vista femenino y feminista.

Se permite lo guerrero en ‘Amarrao’, en la más que divertida ‘Postureo’ («vamos a poner la cuentas claras (…) ni yo soy tu princesa, tampoco tu esclava, además tengo armadura pa’ tus balas»), que afila el puñal de ‘Lo Malo’ resolviéndose de forma bastante más elaborada que su predecesora; pero también un visionado más sentimental, que no victimista -como acostumbran los cánones femeninos- en ‘Delito’ («esto no es otra canción de amor, ni tú eres culpable, ni la mala aquí soy yo»).

La primera mitad del disco se cierra con dos temas sensuales, la tropical ‘El Tan Tan’ y la ambiental ‘La Mala’ –de un hipnotismo un tanto The Weeknd– además de con un fresco revisionado del ‘Sabor Sabor’ de Rosario, al que Luengo y Orishas han sacado brillo para 2018, y que casi sirve de puente hacia la parte más relajada, junto a su dueto con Carlos Rivera, el resulto medio tiempo latino ‘Aquí Te Espero’.

Y no vamos a engañarnos, la parte melódica del disco tienen sus más y sus menos: hemos hablado ya de ‘Cadillac’, y de ‘Más Que Suerte’, un single junto al líder de Reik que tiene un indiscutible encanto y desborda ternura, pero en el ‘Alma’ de Beatriz Luengo hay algo de minutaje de más. El dueto con Alejandro Sanz, ‘Ojos De Mandela’, sale ileso de la criba por lo pretendidamente social y el gusto en melodías de ambos en el estudio, aunque se termine trasladando en un incomprensible acento andaluz de los dos durante todo el tema.

Pero es innegable que hay mucha balada de catálogo: en la hora que dura el trabajo, cuesta un esfuerzo prestar atención a los cortes en los que la acompaña Abel Pintos o Blas Cantó, por ejemplo, la versión acústica de ‘El Amante’ de Nicky Jam podía haber sido guardada como Bonus Track, y los aires country de ‘Te Echo De Menos’ siguen sonando algo torpes incluso meses después de descubrirlos por primera vez.

Es decir, que para redondear el producto, hubiéramos entrelazado ‘Ojos De Mandela’, ‘Aquí Te Espero’, ‘Cadillac’ y ‘Más Que Suerte’ entre los siete temas casi redondos de la primera mitad. Y permitido el cierre con ‘Despedida’, junto a Christian Castro, cuyo encanto al piano permite que funcione como final y destaque algo más en la parte melódica.

Beatriz Luengo ha firmado un buen álbum de regreso, aunque la segunda mitad la haya lastrado esa búsqueda de seguridad comercial que no ha vivido nunca en el país, por algún motivo que, años después de su debut, nos sigue llamando poderosamente la atención. Su comeback hubiera sido perfecto si el hilo central del disco, mezclando ambas partes, hubiera sido el que presenta la mujer de los seis temas que lo abren: sin miedo, sin complejos, y tan segura de si misma que tiene el control y mueve el hilo.

Toma buena nota, Luengo, ten el dominio total de los movimientos.

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