Un minuto de silencio para los cantantes que nos han dejado los últimos años: Jessica Simpson, Nicole Smellsweird, Lorena la de ‘OT’, aquella niña del pompón de Juan y Medio y finalmente, Jessica Jay. Recordaréis a Jessica Jay porque el su momento, cuando ‘Price Tag’ sonaba en la radio sin parar porque Los40 había recibido más billetes de los que su maquina computadora era capaz de ir contando, parecía ir a tener un futuro brillante en el mundo de la música. Sus hits no paraban en el reino unido, era omnipresente, y bam, poco después, le llegó la maldición de Robbie Williams y todo se fue al carajo.
Robbie Williams, enfundado en una capa negra y portando su bastón y su cuervo, se coló en la discográfica de Jessica Jay, y con toda la sala en silencio aterrada -y una señora de la limpieza con el CD2 de ‘Rock DJ’ esperando a que se lo firmara, algo más atrás-, dijo: “cuando se cumplan 18 meses, antes de que se ponga el sol, Jessica Jay se pinchará con la punta de un flop, y morirá”.
Y aunque todo su equipo hiciera lo imposible, la rapara, la pusiera pelucas, llamara a Dizzie Rascal, a Ariana Grande, a Nicki Minaj, incluso al Papa para hacer un remix con su voz en algún tema, Jessie J permanece desde aquel día en un sueño eterno. Y su nuevo single, ‘Real Deal’, no facilita que ningún príncipe hit llegue a la habitación y la despierte con un top5 en toda la cara. Es más, ‘Real Deal’, más que el príncipe, es el campo de espinas gigantes que rodea su castillo y la mantiene aislada de toda la sociedad.
De momento, sus fans siguen espada en mano tratando de abrirse camino hasta la discográfica, pero el reloj sigue contando, y no hay hadas madrinas suficientes que puedan salvar la vida de Jessie J, están demasiado ocupadas vistiendo a Rita Ora de azul o de rosa, según les de.