En plena campaña por su álbum ‘Aguilera‘ -el álbum del que más singles ha publicado en la última década y media con diferencia- y de camino a culminarla en la gala de los Grammy de Papier Maché, Christina Aguilera ha sacado tiempo para celebrar también los 20 años de ‘Stripped‘.
Lo ha hecho a través de una reedición del álbum en vinilo, que incluye dos lamentables extras compuestos de un remix publicado hace dos décadas y el b-side de ‘Dirrty‘, ‘I Will Be’. Un poco trágico, si nos preguntáis. Muy poco a la altura de lo que merece el álbum más importante de su carrera con una distancia abismal respecto de cualquiera de los otros. Pero menos da una piedra. Y aún menos María LaPiedra. Ella a lo sumo te reedita a Gustavo González y quién iba a querer eso.
El relanzamiento de ‘Stripped‘ llega apoyado por un nuevo vídeo para ‘Beautiful‘, que utilizando la canción original de 2002, revisa su concepto llevándolo a la actualidad: si el potente vídeo de por entonces ya hablaba de lo complicado de la autoestima y la problemática de la aceptación de uno mismo, el mensaje se moderniza ahora poniendo el foco en el impacto que las redes sociales tienen en las nuevas generaciones.
Christina, que no aparece en el nuevo clip -si ese es el tracklist del disco, imaginad sus intenciones de grabarle un vídeo nuevo, vaya-, pone a un montón de niños y niñas, móviles en mano, siendo rodeados por ideales de belleza imposibles. Hacia el final de la canción, se liberan de todas las imposiciones y terminan jugando juntos subidos a un árbol. El árbol, imaginamos, no está tan contento como los niños. Estará hasta el higo -nunca mejor dicho- de que le pisen las hojitas nuevas.
Christina Aguilera, en el texto que acompaña al clip en la descripción, ofrece varios links de apoyo a la salud mental de los más jóvenes, acompañados de un «pídele a tu altavoz que te ponga música de Christina Aguilera». ¿¡Cómo va a ayudar a esos niños escuchar ‘Lotus‘, Christina!? ¿No estábamos preocupados por su salud? Seamos coherentes.
