> “Siri, di “yo sé que estás intentando ser educado, yo sé que me quieres tratar bien, pero no seas cortés”.
> “No te he entendido bien, Britney, esto es lo que he encontrado en internet sobre “tiendas de Cheetos cercanas.”
> “No, Siri, repite conmigo: “yo se que estás intentando s…”
> “Lo siento, Britney, no encuentro nada por “dime las ventas de Glory””
Y así es, más o menos, como Britney Spears tardó dos años en grabar su último álbum ‘Glory’, porque no creemos que estuviera muy atareada en ensayar su espectáculo de siempre en Vegas, que por otro lado tampoco parece nunca demasiado ensayado. Pero apenas un par de meses después de la salida del disco, y con el escaso impacto de ‘Slumber Party’ recientemente confirmado, Britney ha vuelto a coger su iPhone y se ha llevado a Siri al estudio de grabación.
“No estoy segura de cómo quiero que suene mi próximo álbum. Sólo sé que estoy emocionada de volver al estudio y que ya he comenzado con las grabaciones”. Evidentemente, no está segura, porque dudamos mucho de que Britney haya sabido cómo sonaba cualquiera de sus discos hasta dos horas antes de tener que presentarlos en una especial de televisión. En cualquier caso, es preocupante el carpetazo que parecen estar dando a ‘Glory’ con estas noticias.
El equipo de Britney, o ella misma, o ha decidido no darse cuenta de cuál es el problema o prefiere ignorarlo: cualquier hubiera arrasado con ‘Glory’ en 2016, y pocas cosas suenan más actuales que ‘Slumber Party’: la historia es que Spears no va a levantar cabeza con ese tipo de actuaciones obsoletas, torpes, en playback directo del disco, y con esa imagen de pava que tiene ante los medios. Por favor, aún recordamos su “it’s just a song” cuando James Corden le preguntó de qué iba ‘Oops’, que casi fue con tono “a mí no me preguntes, sólo soy una chica, jijiji”.
Que también es cierto que el trabajo está ya hecho y por tanto, puede vivir de ser vedette lo que le queda de carrera, si quisiera. Pero qué lástima.