Érase una vez que se era una muchacha llamada Jessica Jay que tenía poderes mágicos. Sus poderes consistían en hacer brillar haces de luz en sus vídeos junto a Don Diablo, y a llevar pelucas que jamás fueron peinadas por nadie con bastante dignidad. El otro poder mágico que tenía consistía en plagiarle temas a Emeli Sandé sin que estar fuera consciente -francamente, ¿alguien imagina a Emeli escuchando algo que se publicara después de 1980?- y salirse con la suya sin pasar por los juzgados. Ed Sheeran can’t relate.
De modo que usando todos sus poderes, Jessica Jay y su amigo Don Diablo -el DJ, no el clásico de Miguel Bosé, que hubiera sido bastante más divertido-, se pasean por la ciudad interpretando su single conjunto y dan luz a diferentes cosas a través de más o menos discutibles efectos especiales. “Mira ahora al techo del museo y hazte la sorprendida, Jessica, que luego le metemos FX”, le comentó El Señor Diablo en un momento. “No, si sorprendida estoy de seguir participando en todo esto, yo, que he ganado un talent show chino, y me tenéis aquí haciendo de Jorge Blass”, respondió entonces ella.
Cuenta la leyenda de los magos que después del paseito por la ciudad y de iluminar diversos objetos y espacios cual si fueran ellos un láser de mano a finales de los 90, Jessica Jay hizo uso de sus mayores poderes mágicos y consiguió dos cosas: la primera, que pilló a todos por sorpresa, fue un hechizo de reconocimiento que hizo que un señor le chocara los cinco por la calle como si a alguien le cayera bien desde 2013. La segunda cosa, aunque fue bastante previsible, no dejó de ser espectacular: Jessica Jay volvió a utilizar su hechizo de invisibilidad una vez terminado el vídeo, y aquí estamos ahora, más preocupados por el próximo single de Don Diablo que por el suyo propio.
British Jorge Blass. English El Mago Pop. Millennial Juan Tamariz.