Primera semifinal superada. Que parece que lo diga como si hubiéramos ido a Vietnam, pero de verdad, lo de anoche fue algo que había que superar. Todos luchamos contra la primera semifinal. Todos conseguimos salir de ella. Y nos merecemos un aplauso, porque a nadie se le puso especialmente fácil.
En cualquier caso, y como la gala en sí misma ya tendrá su propio desgranamiento, vamos con el punto de vista sobre las cuatro clasificadas, salida de la suma de votos entre público y jurado, que fue anunciada durante la gala de la forma más OT 2011 posible, confundiendo a artistas, público y fans. No había manera de saber qué estaba pasando realmente. “Pasa a la final, como propuesto, pero finalista, hipotético, del jurado…”. Que estáis diciendo, amores. No es tan complicado: dad los cuatro nombres del global y ya.
¿Veis? Es que me doy cuerda a mí mismo y acabo como un juguete más del staging de Algo Pequeñito. Estas son las canciones que consiguieron un pase para la final:
‘Uh Nana’, Daniela Blasco
Las galas de Benidorm siempre tienen algún elemento que recuerde al Eurovisión que los eurofans recuerdan con nostalgia. Este año ese hueco lo ha cubierto Daniela Blasco, que ya partía con una candidatura recién salida del horno de descartes de 2006, pero que decidió poner la guinda a su pastel con un staging aún más dosmilero. No especialmente intencional, si me lo preguntáis. Creo que en su cabeza todo era un “meto en una coctelera a Ana Mena y Bad Gyal” y el resultado en el escenario fue un poco la muchacha azerí del primer año del país en Eurovisión. Una actuación de gala 4 en reality show que contaba con el mayor momento de fantasía de la noche: el de tener a los fans del formato insistiendo en lo bien que canta Daniela mientras baila, cuando la que cantaba era Alexa de fondo de principio a fin del tema. Que una cosa es llevar coros pregrabados y otra es abrir la boca durante la actuación para poco más que respirar.
¿Os preguntaréis si algo bueno le vimos a semejante numero de baile? Sí, el brillo de los flecos del vestido era espectacular. Lo más contemporáneo de su propuesta. Perfecta, por tanto, como posible ganadora y obsesión eurofan durante cuatro meses y tres semanas, antes de darse de bruces con la industria musical real fuera de la burbuja festivalera.
‘Hartita De Llorar’, LaChispa
LaChispa partía como gran favorita de las redes antes de llegar al plató. Y como gran favorita de cada año, su propuesta se desinfló como sólo podrían hacerlo el globo aerostático de Wicked y Christina Aguilera para dar un concierto en Sri Lanka y desaparecer seis años. LaChispa sí que contaba con una canción curiosa, apetecible y con una producción interesante, pero no se supo muy bien qué hacer con ella.
Bien es cierto que el entusiasmo en el escenario la llevó a perder el control vocal en muchas ocasiones; un control que era absolutamnete clave para que la canción no terminara resultando gritada. Y lo resultó, lo resultó. Por momento incluso molesta de escuchar, a pesar del indiscutible talento de su intérprete. Simplemente no fue su noche, fue la noche de sus éxtasis en la garganta.
La puesta en escena tampoco jugó a favor, porque si el principal atractivo de Hartita De Llorar era el de mezclar estilos, tiempos, llevar el pasado al presente y jugar con la estructura, el staging con espejos en tonos tierra aplanaba visualmente ese concepto. ¿Puede ganar? Aún sí, pero sí lo hace, va a necesitar darle una vueltita a todo esto.
‘Te Escribo En El Cielo’, Lucas Bun
El único momento de tensión durante las votaciones fue el de descubrir si pasaban a la final Lucas Bun o Sonia & Selena. No me hagáis hablar. Lucas tuvo el detalle de ser de lo pocos atinados vocalmente en la noche de ayer, que ya es algo para reconocerle. Se le pudo escuchar, a todos los niveles: ni llevaba un exceso de coro en playback, ni se le fue de las manos la performance.
Ahora bien, la balada que presentó, una canción a su madre fallecida, bebía de manerismos eurovisivos un tanto manidos. Un poco de Arcade aquí, mucho Sobralismo allá, pero nada podía tapar que la estructura y la melodía eran de un clásico que la llevaban más a una gala de Jose Luis Moreno en 2008 que a una Europa de 2025.
Visto el desarrollo de la gala, tuvo también la inteligencia de simplificar sus necesidades en el escenario, con un menos es más al que le sobró un poco de outfit Locomía y le faltó un poco más de juego de luces, menos dependencia del visual minimalista del pantallón. Eso sí, de no haber salido su canción de una banda sonora vintage de Disney, hubiera sido de los mejores planteamientos de una primera semi que hizo bastantes aguas.
‘Loca XTi’, Kuve
Y hablando de manerismos eurovisivos: lo de Kuve. Ella recién salida de un Melodifestivalen de… bueno, de 2025, sinceramente, porque Suecia nunca renuncia a su suecada estándar de turno. No faltó nada, ni la lentejuela, ni la mechita faux–moderna, ni la coreografía, el plano cenital con ese recurso del plano lleno de gente en las pantallas del suelo que hemos perdido la cuenta de cuántas veces hemos visto en actuaciones… una fantasía.
A Kuve le tocó abrir una gala que ya pintaba mal por el sonido y una Paula Vázquez a la que parecían haber avisado veinte minutos antes de empezar que debía presentar toda esa movida, con lo que, para ser la primera, bastante bien lo hizo la mujer. Levantó un cotarro que, hasta ese momento, estaba más de viaje que la clientela de Nautalia, y lo hizo con su mejor take en lo que España siempre acaba considerando que tiene appeal festivalero.
No fue nada del otro mundo, pero considerando el nivel medio de la noche, no fue de extrañar que consiguiera el apoyo de jurado y público.