Belén Aguilera es la típica invitada que te corta todo el rollo en una fiesta. Lo demuestra en ‘Fuck Off’ y no precisamente porque durante la celebración ella misma diga en el tema que la gente que hay allí es lo peor. Que ella ha ido una fiesta de desconocidos porque estaba interesada en encontrarse con alguien, imaginamos, y la gente es un tordo. Pero no lo decimos por eso, insistimos. La cuestión no es que ella esté de bajona en la cocina, de bajona en la terraza y de bajona en el prostíbulo que ejerce de hall con luces rojas.
La cuestión es que Belén Aguilera por poco se presenta en la fiesta de esta gente hostil con un bote de soja. Se corta en el último momento, pero es que por los pelos no se planta allí y dice “hola, soy Belén. Nada, he traído esto por sí teníais sashimi, murakami o nobitanobi para picotear.”
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Y es que si os fijáis, cuando Belén acude al Pryca para no ir al guateque de manos vacías, recorre los pasillos mirando diferentes productos que llevar. ¿Se para en las bebidas espirituosas? No. ¿Se para en las chips y los pelotazos? Tampoco. ¿Se para incluso en la zona de papel higiénico, que en estos tiempos de pandemia tendría sentido? No. Se para y observa un bote de soja. Probablemente, de hecho, lo termina descartando no por lo absurdo, sino porque tiene gluten y le parece algo “poco inclusivo” con lo que aparecer allí.
En el Simago en cuestión se encuentra con Walls, el artista invitado que parece haber hecho pellas a la clase de Filo para grabar el vídeo, porque el muchacho podría tener una edad entre los 13 y los 24 años. Así, en plan indefinido. Esperemos que no sea el caso, porque Belén Aguilera acaba yéndose con él de la fiesta a tomarse unos cócteles por el parque. Y es Belén Aguilera, no Beret, de modo que suponemos que el chaval estará en su veintena.
En cuanto a la canción, ‘Fuck Off’ es otra muestra del desvío uptempo cool que está tomando Belén respecto a su primer álbum, aunque en temas como ‘Republicanas’ ya diera alguna pista del mismo. Abandona las melodías más a piano por arreglos más arriesgados, mayor fraseo pero estribillos igual de tarareables. Estamos a favor. Lo celebraremos con sushi.