Vicco tuvo la suerte y la desgracia de tener Nochentera en su catálogo. Y todos sabemos que las plataformas de streaming complican mucho la existencia de los one-hit-wonders absolutos, porque al final siempre se rasca algo con una radio o un playlisting -cosa que antaño era más complicada-, pero Vicco es lo más cercano que tenemos a uno en el pop patrio de los últimos años. Su otro hit medianamente claro es Tequiero, que necesito una promo y una inversión en radios importante para conseguir finalmente arañar datos decentes. Pero Vicco sigue animada a salir de su status y publica nuevo single, Bailar Y Llorar.

Y con la publicación de la canción, quedan vistas las fortaleza y debilidades de la artista. La fortaleza esencial es que es una buena autora e intérprete -vocal- de canciones pop. Siempre tienen bastante tino, siempre consigue ganchos que las hacen inmediatas, siempre tiene melodías fáciles de recordar y bien tiradas y se rodea de un buen equipo. La producción de Kickbombo en Bailar Y Llorar como botón de muestra. Al final se da forma a un EDM-pop elegantón, bailable pero también para estar de fondo en el salón de casa, muy del universo pop patrio desde que el pop real saliera del cajón en el que llevaba guardado en España desde 1992. Y Vicco es buena muestra de que se sabe hacer muy bien dentro de nuestras fronteras.

Ahora bien, debilidades, principalmente dos. Una, la de que en lo de Bailar Y Llorar, Vicco siempre parece más cómoda con lo segundo. Ella intenta buscar un perfil de estrella pop, intenta ponerle el SECSI, pero es que Vicco no luce ninguna de las dos cosas. Siempre nos lleva de vuelta a cuando gritaba “¿quién quiere fiesta?” durante Nochentera y todo el mundo la quería excepto ella. Su vibra es esa de forma continuada, por mucho que pose a cámara mordiéndose los carrillos para lucir más femme fatale. La segunda, es que de la misma forma que Vicco es una de las evidencias del buen hacer del pop en nuestro país, también es la evidencia de que el pop ha desembarcado tanto en los últimos años, que ya tenemos nuestra propia Anne-Marie.

Ese tipo de estrella pop británica que está siempre como de fondo, que de cuando en cuando consigue un éxito, pero que nunca terminas de colocar en el mapa, porque ¿cuál es realmente el punto de Vicco como artista? ¿No suena Bailar Y Llorar como si uno cogiera un tema del Alpha de Aitana y le dijera a una IA que le cambiase la voz?

Ojo, que de esto último también se sale: véase Ana Mena, que se tiró unos años en ese terreno y finalmente encontró en el disco-chic-Marbellí su modo de vida como artista. Ese punto de vista que escape del random es el que Vicco necesita para Bailar más que Llorar.


FACTOR POP 68%

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