Tonto el último que se apunte a lanzar una canción por el confinamiento. Rozalén a estas alturas es listísima, porque no solo ha lanzado varios discos recopilatorios desde delante de su armario victoriano, sino que ha colaborado con su voz en todos y cada uno de los proyectos confinados del país. Sí, en el vídeo de cumpleaños de tu prima Aurori también aparece tocando la guitarra unos segundos, si te fijas. Se comenta incluso que unos vecinos llamaron a la policía porque la cantante hackeo la señal de sus televisiones durante una fiesta de cumpleaños en la que tenían puestos vídeos musicales, y coló una versión akústiʞa de ‘Girasoles’ que nadie había pedido.
Pero centremos ahora nuestra atención en el mercado internacional. Y ahora centremos nuestra atención en alguien que lleva años sin pisarlo: Avril Hasbeen, que está haciendo méritos para convertirse en la Rozalén canadiense, con eso de que Celine Dion no tiene el chichi para ponerse a grabar canciones desde su habitación del pánico. Con lo que le ha costado meter allí toda la alta costura.
Avril ha tomado prestada una canción de su álbum del pasado año -sí, hubo un álbum el pasado año y menos risas, que el lead single, ‘Head Above Water’, suma casi 130 millones en Spotify- y le ha dado un lavado de cara, cual si fuera ella Telecinco y la canción fuera Rocío Flores. Así, ‘Warrior’ ha pasado a ser ‘We Are Warriors’, como más inclusiva, y busca, con sus ganancias, financiar la lucha contra el Covid-19. Así lo ha hecho saber la compositora de clásicos como ‘Bitchin’ Summer’:
“Con este lanzamiento, la Fundación Avril Lavigne se ha sumado a Project HOPE. Todas las ganancias de las ventas y streams de ‘We Are Warriors’ se destinarán a los esfuerzos que Project Hope está haciendo en su lucha contra el Covid-19, incluyendo el reparto de material sanitario y de protección para los trabajadores de primera línea.”