Desafortunadamente, Ana Mena está confinada en Milán. Así se lo ha hecho saber a sus seguidores hace unas horas, teniendo que cancelar el concierto que mañana tenía previsto en el Festival Push Play de Madrid, que está siendo un épico fiasco. De hecho, la cantante ha cancelado su show con bastantes pocas entradas vendidas, lo que ha disparado las alarmas sobre la veracidad del Covid.
Ya sabéis que los artistas son muy dados al eufemismo para cancelar conciertos con pocas entradas vendidas: que si han caído cuatro gotas y se nos ha mojado un micrófono, que si no ha venido la señora tailandesa que nos libera las cervicales y no vamos a salir encorvados, que si “problemas de producción” -sean esos cuales fuere-, que si es el Año de Cerdo en China y nos parece una absoluta falta de respeto salir al escenario nosotros pudiendo salir Peppa Pig… en fin, un sinfín de excusas para cada situación cancelada.
Pero parece que lo de Ana Mena, artífice de clásicos de la altura de ‘Mentira’, va en serio: la cantante ha cancelado varios bolos en clubs italianos y su manager ha subido a redes el escaneo de su resultado de test, pasándose por el arco de la mismísima Torre de Pisa el tema de la Ley de Protección de Datos.
Pero, ¿por qué sospechábamos que la artista estaba contándonos una pequeña e inocente trola, que afectaría a Menchu, señora de Segovia que había comprado una entrada para sí y para su hija, siendo las únicas presentes en el concierto del Push Play Festival? Pues porque nadie está vendiendo entradas.
Es decir, La Oreja De Van Gogh acabará actuando esta noche en el hipódromo madrileño con apenas algo más de un cuarto de los tickets vendidos. Si miramos el resto de shows, la situación sigue siendo crítica. Apenas unas decenas de entradas para los shows de Miriam Rodriguez o Demarco Flamenco. Toca techo con el concierto de Modestia Aparte y OBK el día 23. Se han vendido un total de 57 entradas y quedan disponibles 2.490. A apenas tres días del espectáculo, han vendido el 2,2% de los tickets. ¿Van realmente a dar ese concierto?
¿No resulta un poco sospechoso montar un supuesto macrofestival con nombres como OBK, Marta Soto, Ana Mena o Demarco Flamenco, que no tienen un engagement brutal a nivel shows? Es decir, tienen un perfil muy de contratación de ayuntamientos y plazas llenas con entrada gratuita, pero ¿quién en su sano juicio pagaría los 90 euros que cuesta de media el show de OBK? Por ese precio se pueden ver macroespectáculos de estrellas internacionales en estadios.
