Si eres un amante de la obra de Diana Navarro y llevas años pidiéndole a los de FIB que hagan de Pasión Vega cabeza de cartel de alguna edición, estás de suerte. No porque María haya dejado de beberse las calles, que la pobre lleva como una cuba con los adoquines desde que conociéramos la canción, sino porque Amaia ha traído justo ese feeling a su nuevo single, ‘Yamaguchi’.
Se trata de un homenaje a un parque de la ciudad de Pamplona del que ella tiene un especial recuerdo y cuyo lanzamiento coincide con el 23º cumpleaños de la artista. De Amaia, no de Pasión Vega, que a lo sumo tendría 23 años cotizados. La canción es una jota que hará las delicias de todos aquellos amantes de la música tradicional y de todos aquellos que escribieron innumerables cartas al Defensor de la Audiencia de RTVE pidiendo que ‘Acacias 38’ se emitiera en el prime time.
De hecho, ‘Yamaguchi’ podría haber sido también la canción que alguna de las aldeanas de ‘Puente Viejo’ cantara de camino al molino a por unos gramitos de centeno. Aunque es probable que por la época no se estilara preocuparse por niñas japonesas que lloran, como hace Amaia en la canción. Leyendo los medios modernetes hoy, probablemente escucharemos que Amaia revisiona o lleva a la actualidad esto o aquello. La realidad es que esto es una jota. Chimpún. No le demos más vueltas: es una jota.
Cantada muy bonita, con su voz cristalina haciendo giros preciosos, pero una jota. Y si no hicimos demasiado caso al álbum de jotas de Sara Serena -que fue el peak de nuestra fantasía al respecto de esa señora- tampoco creemos ir a hacérselo a esto de Amaia. Muy cuco, muy mono, pero véngase señora con el segundo single de ese disco que debería llegar este año. Refresquémonos un poco, que van a acabar los fans andando con un clavel en la solapa y una toquilla de lana sobre los hombros pidiéndole en dos meses un cover de ‘Pichi’ a Nathy Peluso.