No sé si aún la recuerdas, la conociste al tiempo que a Chonchi y Maricielo. Es Amaia Montero, la que fuera cantante de La Oreja De Van Gogh en sus inicios, e intérprete después de clásicos como ‘Chiquitita’ o ‘Im-Possible’. Estos últimos días EMEIE ha sido noticia no por el lanzamiento de un nuevo single, vídeo o álbum, sino por lo habitual: una de sus polémicas. Exactamente una que arrancó con el vídeo de un muchacho que mostraba álbumes de La Oreja De Van Gogh de la primera era firmados por Leire Martínez, a explícita petición del fan.
Montero estallaba entonces en críticas a la actual y más longeva cantante del grupo y no ha parado de dar la nota desde aquel día. Pero en las últimas horas tocaba techo pasando directamente al insulto, tildando a Martínez de “carente de personalidad” o “sumisa” en unos tuits de incluso cierto aire machista, pues está volcando en la cantante los problemas que teóricamente provienen de sus compañeros de grupo y no de ella. En los últimos días, de hecho, EMEIE ha dicho también que lleva años esquivando la cuestión del porqué de su abandono. Si tuviera algo de interés a estas alturas, la llamarían de algún programa de entrevistas para sonsacarselo. Pero no estamos en 2012 ya.
Lo más curioso del asunto es que los últimos ataques de Montero, que llevan una semana sin recibir respuesta alguna por el grupo, nacen de un post de Leire Martínez en sus redes, en el que la cantante utilizaba el hashtag #NoValesMásQueYo. Era un comentario dirigido a su ex-pareja, como evidenciaba el hashtag previo, #byebyeJ, pero Montero se daba por aludida por algún motivo. Un absoluto fracaso que bien hubiera merecido una disculpa pública también a través de redes sociales.
Pero no ha llegado: lo que ha llegado es la noticia de que Montero deja Twitter, para pasar a utilizar únicamente su Instagram. Así, sin un ápice de autocrítica, y diciendo que ha sufrido “bullying” en la red. La mejor parte es esa en la que dice que “una retirada a tiempo es una victoria”. EMEIE, una retirada a tiempo hubiera sido la de hace una semana.
Ahora, la retirada es un absoluta fracaso, un ejercicio de cobardía extrema. Y no va a ser el único fracaso al que le va a tocar hace frente.