Esta semana se han celebrado los iHeartRadio Music Awards. Ya, os importa un carajo. Ni idea de quién ganó qué, por que, si acaso, en este tipo de galas, lo importante es quién actuó durante la ceremonia. Pues poneos en situación: si a vosotros os interesan estos premios lo mínimo, imaginad ser Mariah Carey y tener que asistir a la gala, no a actuar, sino como homenajeada y espectadora. Evidentemente, Carey tenía mejores cosas que hacer, como pensar en la carátula para este año de la enésima edición en CD single de All I Want For Christmas Is You o seguir alimentando la chimenea con las copias no vendidas del álbum Thalia de Thalia. Y ya os digo que son infinitas, tiene combustrible hasta cumplir los 97.

Pues bien, Mariah Carey asistió a la gala y encima tuvo que presenciar una de las cosas menos funcionales ever en una ceremonia: que artistas más jóvenes que una la homenajeen como si una fuera incapaz de interpretar sus propios temas. Que en el caso de Mariah es parcialmente real -porque seamos honestos, no está ya en su vocal prime-, pero no deja de ser un poco fuerte tener que ver en el escenario a Futana y Zulana interpretando dos canciones.

De hecho, esta fórmula ya fracasó cuando los Radio Disney Music Awards decidieron homenajear a Britney Spears con un medley espantoso que tocaba techo con la performance de su hermana. Britney llamó “humillante” a aquella experiencia, aunque realmente no quedaba especialmente claro quién acababa quedando humillada con qué. Pues bien, Mariah anoche vivió una experiencia similar. Y analizadas sus caras, quedó claro que no estaba especialmente impresionada con las intepretaciones de Muni Long y Tori Kelly de We Belong Together y Always Be My Baby. Y si algo no sabe hacer Mariah Carey es actuar. Por lo que disimuló su decepción fatal cada vez que las cámaras la pillaban.

Luego, claro está, disimuló con mucha educación al recoger el premio Icon en el escenario y le agradeció a sus compañeras el premio. Pero Mariah siguió demostrando lo muchísimo que se la traía al pairo toda esta pantomima de gala, subiéndo hacia al atril con un Martini de más que no combinaba muy bien con su habitual receta médica.

Ya arriba y arrastrando las frases como solo la Isabel Gemio de Homo Zapping podría hacerlo, Mariah dio un speech que hubiera arrasado en unos GLAAD Awards, pero que fue acogido de forma más fría por allí. El chiste de las ondas de radio en una gala de radio no lo entendieron muy bien, ni la referencia a Tommy Motola -por favor, abran las escuelas en Estados Hundidos (y procuren que nadie se mate en ellas de paso)-… aunque el público agradeció más los comentarios sobre iluminación, vestuario y hora de madrugar. Que ya sabemos que Mariah, como Lolita, es muy de madrugar a las doce del mediodía.

“¿Está bien la iluminación? Porque no me gusta la mala iluminación. ¿Os gusta el conjunto?. Gracias, I Heart, por este increíble honor. Gracias, Money y Tori, por estas hermosas actuaciones, y LL, gracias por tus amables palabras.

Cuando era niña, solía escuchar a mis artistas favoritos en la radio y soñaba con estar en las ondas yo misma. Ahora, para aquellos que tal vez no sepáis qué son las ondas, pensad en ello como la versión sin Wi-Fi del streaming. Incluso ahora, todavía me emociono cuando escucho una de mis canciones en la radio. Nunca deja de ser mágico.

Quiero agradecer a John Sykes, presidente de I Heart Radio y, por cierto, mi primer mánager. Fue mi primer mánager. ¿Lo sabíais? Sí, algunas personas piensan que fue aquel otro tipo, pero no fue él. Fue John. Oh, por creer en mí desde el principio.

Y a Tom, Bob, a todos los directores de programas locales y nacionales, a los DJs e incluso a los pasantes que se aseguraron de que viera caras amigables cuando llegaba a las emisoras a las siete de la mañana. No es exactamente mi hora ideal para despertarme. De todos modos, os aprecio más de lo que sabéis.

Y a mis fans, mi Lamily, habéis estado conmigo en cada paso de este viaje. Vuestro amor y lealtad son el regalo más grande, y estoy infinitamente agradecida por cada uno de vosotros. Y en este Día de San Patricio, quiero honrar a mi madre, Patricia Carey, por darme el regalo de la música.”

Menuda reina. Sudó tanto de esto que tuvieron que tatuarle el maquillaje para que no se le deshiciera durante la emisión.

Uso de cookies

Este sitio web utiliza cookies para que usted tenga la mejor experiencia de usuario. Si continúa navegando está dando su consentimiento para la aceptación de las mencionadas cookies y la aceptación de nuestra política de cookies, pinche el enlace para mayor información.

ACEPTAR
Aviso de cookies