¿Diana Krall? Fue hallada muerta y sus restos son prácticamente huesos después de que Veintiuno haya pasado de banda de pop-rock a liderar el movimiento jazzy del país. Se rumorea, de hecho, que Lady Gaga habría suspendido sus planes de envenenar a Tony Bennett a tiempo de la siguiente gala de los Grammy y habría pasado a plantearse grabar un álbum de estándares con el grupo. De hecho, el Festival de Vitoria los anuncia ya como cabezas de cartel junto a Murphy Encías Sangrantes.
Eso sí, inmensa decepción al descubrir que ‘A La Orilla’ será todo lo jazz que queráis, deja en bragas a la primera Norah Jones, pero no es el cover de ‘Pure Shores‘ de All Saints que estabais esperando. Nos venían llegando decenas de mails hablando del tema, preguntando si se había visto a William Orbit saliendo del estudio de la banda, pero finalmente, La Orilla de los Veintiuno iba por otros derroteros. Nada de electrónica, muy poco de playas -más bien ríos- y desde luego, cero unidades de Natalies Appletons.
¿Qué compensa todo este drama pop vivido? Que en el vídeo oficial de ‘A La Orilla’ hay varios patos. También hay una historia de amor (para mí), una historia de colegueo, una señora tocando la guitarra en un banco porque es que tienen que aparecer hasta en la sopa… pero sobre todo: dos patos. Dos unidades de patos. Con la ventaja de que nadie les dio una guitarra, porque de lo contrario se hubieran puesto a tocar lo de “en un andén de la estación, bajo el sol abrasador” y hubieran acabado siendo foie. Pero no ocurrio, de modo que los patos tienen todo nuestro respecto.
Y los Veintiuno también. Como banda de jazz. Y fans de patos.
★★★½
Será tu rollo si: cepillas los vinilos para quitarles el polvito, llevas boina porque es “trendy”, te quedas mirando como esas partículas que se dan de comer a los peces van cayendo por el agua -y lo consideras mindfulness-.