Durante las próximas semanas, nuestra intención será analizar el paso de España por Eurovisión: sus éxitos, sus fracasos, sus delirantes puestas en escena… todo bajo nuestra particular lupa. Como no queremos que la historia se alargue hasta el próximo 2029, y con la intención de hacer más secciones de carácter estúpido, hemos decidido comenzar nuestra andadura eurovisiva en 1990. ¡Esperamos que disfrutéis de este viaje de 25 años!
La canción
Televisión Española quiso enmendar el fiasco de crítica de Chikilicuatre en 2008 -aunque no tanto en posición, fue 16º- con una gala de preselección abierta a diversos estilos musicales, y con un sistema de votación vía su web y con jurado profesional, que, eso sí, fue un lío para comprender fácilmente, como siempre. Demasiadas fases de votación, demasiado follón en categorías, demasiadas irregularidades en el camino.
El caso es que tras toda la preselección, la cosa quedó entre Melody y Soraya, y ocurrió nuestro eurodrama favorito: el del empate en la gala final, que en los últimos años hemos vivido no una, ¡sino hasta en tres ocasiones! En fin, aquel año, y para desesperación de Melody, Soraya recibía mayor apoyo del televoto e iba encaminada a Moscú con ‘La Noche Es Para Mí’.
La canción, como tal, sin más miramientos, es un hit. Es decir, es una composición balcánica con las estrofas muy marcadas, el beat clarísimo, una estructura con estribillo pegadizo, un middle-eight con cambio de tono, ad-libs imposibles, y en fin, todas las herramientas para petarlo como single de Soraya. ¿Cuál era entonces el problema? Pues que no decía nada del país al que representaba. Bueno, eso no lo vemos tan inconveniente, realmente el problema mayor era que decía más de países que no representaba: era una propuesta balcánica. Es algo parecido a lo que ocurriría con Edurne años adelante.
Para colmo de males, llegaba bastante tarde, cuando este tipo de golpes habían triunfado un lustro atrás, y Eurovisión ya estaba a otra cosa. Soraya creía tener un hit entre manos, y desde luego lo fue para ella, pero no para Eurovisión. De hecho, había sido rechazada hasta el dos ocasiones por intérpretes griegos.
La puesta en escena
Siendo honestos, esto tampoco ayudó en absoluto a que el público se tragara la canción española: Soraya tuvo garra y puso toda la carne en el asador, y la coreografía del equipo, aunque quizá en excesivo movimiento por el escenario, fue correcta. El problema con ‘La Noche Es Para Mí’ fueron los pequeños detalles y las ideas absurdas: para empezar, el traje de patinadora sobre hielo que se plantó la cantante, que podía tener un pase en la parte superior, pero se iba al traste con la minifalda y los tacones dorados. No parecía tener demasiada unión ni con el ritmo del tema, ni con la actuación en sí, que empezaba a parecer más de un vedette que de una popstar.
Y claro, como algo había que hacer a la desesperada por ser reconocible, una trágica marca España en el Festival que no cesa en repetirse, de pronto los bailarines se sacan una tela naranja de Dios-sabe-dónde. Y ponen en práctica un truco de magia fatal planteado, pero mucho peor realizado para televisión: ¿llegó a entender Europa que Soraya había aparecido en un lugar diferente segundos después de desaparecer tras la tela? Bueno, y aunque lo hubiera entendido, ¿qué demonios estábamos haciendo?
El resultado
Dos récords se vivieron en la noche de la final eurovisiva de 2009: la victoria de Alexander Rybak, con ‘Fairytale’, que le dió el oro a Noruega con un resultado récord de 387 puntos, el máximo hasta la fecha, tirando de los seis 12s recibidos, por parte de Azerbaijan (que recibiría otros seis, aunque quedaría tercera), Dinamarca, Estonia, Lituania, Países Bajos y la propia España.
El otro récord, mucho más triste, fue la 24ª posición en la que Soraya quedó, con apenas 23 puntos, dejando a España en la que fue su peor posición histórica, hasta que Manel Navarro la empeorara en 2017. España obtuvo los 12 puntos de Andorra, como solía ser costumbre, y menos mal, porque sin ellos, Soraya hubiera quedado última en la tabla, ya que sólo un punto la diferenciaba de Finlandia, que quedó en el farolillo rojo aquel año.
El fracaso de España en Eurovisión llevó el tema al Congreso de Los Diputados, que por algún motivo, siempre discute los gastos del Festival, y no tanto, por ejemplo, los deportivos de Televisión Española, en los que se deja una buena millonada, muy por encima de la eurovisiva.
¿Qué fue de ella?
Contra todo pronóstico, la carrera de Soraya siguió adelante sin problemas tras Eurovisión, tal y como, posiblemente, lo hubiera hecho de no haber participado en el Festival: en 2010 lanzaba el #8 ‘Dreamer’, un álbum que mejoraba notablemente los registros en lista de ‘Sin Miedo’ (#21), el disco que contenía ‘La Noche Es Para Mí’. La cantante decidía poco después de aquel proyecto -un dignísimo álbum pop, por cierto- montar su propia discográfica y lanzar mediante ella ‘Universe In Me’, otro álbum notable con el que tuvo menor suerte, llegando al #31 en lista. En cierto modo el resultado fue lógico, al tratarse de un proyecto autoeditado.
Soraya ha ido lanzando singles sueltos desde 2013, con más o menos suerte, pero ha dejado algunos temas de interés más, como la divertida pieza disco ‘You Didn’t Do It’ o la más dance-pop ‘Long Time’, también bastante pegadiza. Su último single, el arrebato latino ‘El Pretendiente’, ya os dijimos que no lo habíamos entendido mucho. En ocasiones, parece que Soraya quiere tratar de enganchar a un público que ni es el suyo, ni va a aceptarla salvo milagros.
Esperemos que pronto vuelva al pop, para el que sí tiene un gusto certero.
https://youtu.be/1LoWseTYS1o