‘American Idol’ ya está saliendo más bien poco rentable a ABC y no lo decimos nosotros, lo dicen sus propias cifras. Bueno, y nosotros también, pero ya sabéis lo que nos gusta utilizar la expresión. Antes de contaros cómo han quedado sus números y por qué se les ha terminado yendo un poco la pinza, os contamos que el programa ha terminado confirmando a Lionel Richie como tercer y último juez del panel de 2018, confirmando así la variedad étnica, de edades y musical en el programa, aunque ciertamente dejando la mesa muy coja para el público teenager: recordemos que la más joven de los tres jueces es Katy Perry, que tendrá 33 años a finales de este mes.
Say HELLO to your new judges of @AmericanIdol on @ABCNetwork!@KatyPerry, @LukeBryanOnline & host @RyanSeacrest #TheNextIdol #AmericanIdol pic.twitter.com/vc6S7s8b35
— Lionel Richie (@LionelRichie) 30 de septiembre de 2017
Bien, ahora os contamos cuál ha sido el problema económico de ‘Idol’: básicamente, el habérseles filtrado que Katy Perry cobraría 25 millones de dólares en las fases iniciales de contratación. El programa esperaba gastarse, como máximo, 50 millones de dólares en la mesa de jueces y presentador, pero la filtración del salario de Perry trastocó todos los planes.
Ryan Seacrest, que volvía a hacerse cargo del programa como mítico presentador del mismo, infló sus números hasta conseguir 15 millones de dólares, lo que ya dejaba a ‘Idol’ en un techo de 40 millones, con sólo 10 disponibles para la contratación de los otros dos jueces.
El plan era ofrecer 6 millones a Bryan y 4 al último jurado, pero una vez más, el saber público de, ya no sólo los salarios de Perry y Seacrest, sino del hecho de que ‘Idol’ iba contrarreloj con su producción, provocó que las cosas se fueran de madre por completo: Luke Bryan jugó sus cartas rechazando la oferta y consiguiendo finalmente más de doble de lo que le ofrecían, 13 millones de dólares, y Lionel Richie, que había rechazado también la oferta inicial, volvía a tenerla sobre la mesa cuando el programa necesitaba con urgencia al último jurado y recibía la negativa del rapero Common. Por ende, Richie ha terminado consiguiendo los 10 millones de dólares que reclamaba.
Las cosas así, la semana que viene empezará a grabarse la fase de castings, pero con el presupuesto del programa hecho añicos: pretendían arrancar habiendo gastado un máximo de 50 millones, y han terminado desembolsando nada menos que 63. Las cosas no arrancan muy bien.