Niall Horan está siendo, sin ninguna duda, el dark horse de One Direction, el muchacho al que nadie miraba demasiado, pero que de pronto, se ha colgado con dos hits importantes y va en camino de un tercero con esta baladita más acústica, ‘Too Much To Ask’, en la onda del Ed Sheeran del primer disco, cuando todavía no había cedido terreno a un poco más llenaestadios.
El caso es que, de los tres temas que hasta ahora ha lanzado el otrora rubito, este es con diferencia el que mejor cuadraría en un anuncio de Ausonia o la comedia romántica de la temporada de los creadores de ‘Notting Hill’. Así como muy blandita, muy fácil de escuchar, muy de “qué bajona tengo y cuando helado en tarrina acumulo en mi nevera”.
Como mandan, por ende, los cánones, Horan se ha marcado un vídeo igual de chochi que lo ve a él caminando sin demasiado destino por la ciudad, tocando con su banda cual si fueran ellos M-Clan en un acústico, tomando unas nostálgicas cervezas con amigos recordando como, anteayer, tenían 17 años y se reían de la vida, y por supuesto, los típicos momentos en los que el muchacho, más sólo que la una, ve como se aman apasionadamente diferentes personas.
Pero a Niall nadie lo quiere, y eso que también es, con diferencia, el miembro con menos polémicas a cuestas de One Direction. El yerno perfecto, el amigo de sus amigos, el Emma Bunton. El que sabes que estará ahí cuando se anuncie la reunión del grupo, pero de camino, te deja un buen puñado de canciones que convencen al público.