Durante las próximas semanas, nuestra intención será analizar el paso de España por Eurovisión: sus éxitos, sus fracasos, sus delirantes puestas en escena… todo bajo nuestra particular lupa. Como no queremos que la historia se alargue hasta el próximo 2029, y con la intención de hacer más secciones de carácter estúpido, hemos decidido comenzar nuestra andadura eurovisiva en 1990. ¡Esperamos que disfrutéis de este viaje de 25 años!
La canción
Si os parece que la preselección eurovisiva de TVE en 2017 fue un cuadro, con elecciones online, galas a través de su web y una final a dedo que terminó con un dedazo aún mayor, no os contamos lo que ocurrió 10 años atrás, cuando los artistas y canciones se presentaban ¡por separado! Así, en 2007, Rebeca se hartaba de decir que ella tenía que haber ido al festival con ‘I Love You Mi Vida’, a pesar de saber desde el principio que enviaba el tema sólo como co-autora.
Los que terminaron yendo a Eurovisión con semejante canción fueron D’Nash, que tuvieron que defender una composición que abría abusando del cliché festivalero en sus arreglos, pero daba paso a unos versos bastante fumables sobre escorpiones endulzando heridas (?) y escorpiones matando. Todo iba medianamente bien, aunque toda la propuesta sonaba tan caduca como cabía esperar de la España de 2007 -no nos diréis que esto no pegaba como single de Tess en la era ‘Quiero Ser Yo’, años atrás-, hasta la llegada del estribillo. What the actual fuck. I love you mi vida, i-e-o. En serio, morir. Es decir, no se puede componer algo más absurdo. Ni Enrique Iglesias en ‘Bailamos’ había consumido tal cantidad de tacos y enchiladas como para tirar de un spanglish peor. “Y pierdo tu amor, the power of love”. ¿Tenían los chicos la mínima idea de lo que decían? Teniendo en cuenta que en el segundo estribillo dijeron claramente “the power of flor”, no.
Había algún “hey” animando el cotarro durante el tema, pero a esas alturas, Ruslana era un recuerdo más bien lejano y sin látigos y trajes de Xena, el ‘Wild Dances’ español de andar por casa se quedó bastante corto. Iba literalmente en pijama.
La puesta en escena
Si había algo que la delegación española no tenía claro a mediados de los dosmiles, es que el hecho de que pudiera haber seis personas en el escenario no obligaba al país a presentar siempre a las seis. Es decir, ni Son De Sol necesitaban chuloputas, ni Las Ketchup a gente haciendo ballet, ni D’Nash sobras de la performance de Ramón en formato de tambor.
Los chicos se presentaron con una coreografía medianamente solvente aquel año sobre el escenario, vestidos de blanco porque para eso eran una boyband y para eso sonaba todo así de antiguo. Eran algo así como un grupo de chicos griego de 1999, sólo que en 2007 cantando un tema de Rebeca. Todo en orden.
La nota de color la puso el escenario, totalmente iluminado en rojo durante el estribillo, con un corazón gigante y el título del tema como decoración. Pero claro, en la era pre-emoji, aquello no era precisamente algo bonito de ver. Por lo menos no escibieron ‘I Love You Mi Vida’ en Comic Sans, que es lo único que se nos ocurría para empeorar la situación.
La transiciones de azules a rojo quedaba bastante resuelta, pero nada podía tapar el hecho de que la canción había pocos lugares por donde cogerla y que el directo no fue precisamente tampoco para un standing ovation. Nuestro momento favorito, por supuesto, es el tremendo desafine de Ony en sus ad-libs. Do it for you vida.
El resultado
Sin sorpresas, la propuesta de D’Nash siguió cosechando los espantosos resultados españoles post-‘Operación Triunfo’. La boyband consiguió 43 puntos, pero sólo les sirvió para hacerse con el 20º puesto de aquel año, quedando sólo por delante de 5 propuestas. Sólo Albania le otorgó los 12 puntos a D’Nash, porque aquel año ni siquiera Andorra se dignó a darnos su máxima puntuación, que fue a parar a Ucrania, que presentaba una de las mayores payasadas de la historia del festival, a cargo de Verka Serduchka.
Sin embargo, la ucraniana se quedó con la miel en los labios, porque quien se hizo con la victoria fue Serbia, tras conseguir los 12 puntos de Austria, Bosnia, Croacia, República Checa, Hungría, Macedonia, Montenegro, Eslovenia y Suiza y llevar su marcador a los 268 puntos, 33 más que su competidora en la segunda plaza.
‘Molitva’, que es como se titulaba el tema de Marija Šerifović, es una de las más curiosas victorias del Eurovisión reciente, y es que, al igual que ocurría este año, parece que el público europeo consiguió conectar con una propuesta más sobria, cantada en un idioma local y que no tiraba de excesivo artificio.
¿Qué fue de ellos?
Habrá quien diga que Eurovisión se cargó las esperanzas de D’Nash de seguir adelante con éxito, pero lo cierto es que fue el festival el que consiguió arreglar las cifras de su primer álbum, ‘Capaz De Todo’, que se reeditó por segunda vez al participar los chicos en Eurovisión, y alcanzaba el #23 un año después de haberse colado en el #83 de la lista de álbumes.
Después del festival, la boyband, que había roto con su manager por presentarse al concurso, no volvería a ver cifras similares a las de aquel disco: ‘Todo Va A Cambiar’ se quedaba en un pobre #39, y su siguiente álbum, ya como trío tras el abandono de Ony, ‘Garabatos’, no pasaba de un #49. Este último disco se lanzó en 2011, cuatro años después del anterior y con la banda en busca de un sonido más maduro, tratando de aprovechar el éxito con el que Auryn habían aterrizado aquel año, protegidos por el nuevo fenómeno fan de las redes sociales, tras pasar también por la preselección eurovisiva.
Visto que las cosas no salían demasiado bien, los chicos se separaron en 2013 y cada uno defiende sus labores en solitario desde entonces. D’Nash se reunía en 2014 para un concierto nostálgico en Madrid, de nuevo como cuarteto.