Mariah Carey enseña su vestidor con un par de Frenadoles de más y betún en la papada

Mariah Carey enseña su vestidor con un par de Frenadoles de más y betún en la papada

Si algo llama poderosamente la atención en el mundo de Mariah, esa es su ropa o la ausencia de la misma: cientos de diseñadores pelean por mantenerse alejados de sus outfits, muchos compradores preguntan por las tiendas a las que acuden para hacer barricadas en ella hasta que son cerradas, y Aramís Fuster no da abasto tratando de hacerse con lencería idéntica a la de la diva de clásicos como ‘Lullaby’, lamentablemente no un cover del hit global de Mel B.

Es por eso que Vogue se ha interesado por hacer un viaje al interior de su guardarropa y allí, como ella no debía estar muy presentable, les ha recibido Amaia Montero, que ha hecho las veces de guía. Y ya podéis perdonar la dicción de la pobre, pero es que se había tomado un Frenadol minutos antes por que estaba un poco resfriada, y al final se le fue la dosis de las manos. Es por ello que notaréis que habla un poco sin demasiado interés.

Por eso y porque el corsé que lleva le oprime las amígdalas, el esternon, e incluso la tibia, porque empezamos a creer que es de cuerpo completo. Bueno, no, al pecho no llega porque es evidente que hay una morcillita que le se sale justo por debajo. Que lo mismo, con una naturalidad del estilo Kelly Clarkson, lo más sensato sería aceptar que una ha cogido 30 o 40 kilos y seguir adelante con la vida. Que siempre insistimos en lo mismo, pero Mariah no es un producto que se consuma porque está buena.

En cualquier caso, la artista habla de sus zapatos, de los bolsos que le han regalado, y de como en ocasiones, elige la ropa interior más brillante y otras la escoge sin importar lo cara que sea. Lo mejor es cuando afirma que “si por ella fuera, se pasearía en ropa interior por toda la casa”. Y esto lo dice después de decir que su calzado favorito son unas chancletas. Qué fantasía. Dulce, dulce fantasía, bebé.

De verdad que nos tomaríamos a Mariah más en serio, pero visto que no lo hace, dediquemos un momento a este documental de National Georgraphic, con mención especial a los 6 kilos de arcilla y pintura al óleo con los que han decorado su, a pesar de todo, evidentísima papada.

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