David Civera ha hablando recientemente con La Opinión De Murcia, donde ha aprovechado para hablar de lo único que interesa, a estas alturas, de su carrera: su paso por Eurovisión hace ya 16 años. El cantante hizo muy buen trabajo, saco su inner Ricky Martin en el mejor momento, quedó sexto, y todos nos deshicimos en aplausos. Hace 16 años. Hace 16 años, para que nos hagamos una idea, no sabíamos quien era Rosa Lopez. Faltaba más de un lustro para que naciera Youtube. Consumíamos música por eMule y dividíamos los archivos para guardarlos en nuestros disquetes. Ese era el nivel.
Pues bien, en esa misma entrevista, David Civera ha comentado que enviará una propuesta a Televisión Española para ser el representante de 2018 en el Festival, que se celebrará en Lisboa en el mes de mayo. “Es una propuesta tan buena que España no podrá decir que no,”, ha dicho el cantante de clásicos como ‘Si Callo, Si Grito’, “mi proyecto es (…) que la gentre esté contenta con la puesta en escena, la historia y la canción, que es lo importante”.
Vamos a ser directos, David Civera: NO. Ene o. No, no y no. No queremos que vuelvas a Eurovisión, y ya puedes presentar misa. NO. Y tenemos unos cuantos motivos que vamos a explicar a continuación:
UNO | Ya no es el joven latino que las traería locas
Una de las claves de David Civera en 2001 era conquistar al público carpetero. De ahí las miraditas de mafioso simpático, de ahí el outfit imposible de camisa entreabierta y pantalones negros de cuero. De ahí los primeros planos y el moreno de solarium y spray. Han pasado ya tres lustros desde aquello y oye, David Civera sigue siendo un señor medianamente atractivo, tendrá su público, pero desde luego, ha perdido ya esa carta de imán de seducción, que además, ha pasado a manos de boys-next-door más accesibles.
DOS | Civera no era ‘Despacito’, era ‘Caribe Mix’
Mucha gente estará encantada con la propuesta de Civera porque opinará que España, entre todos los países europeos, es el que más derecho tendría a reclamar su momento ‘Despacito’ en 2018. Bien, hagámoslo si queréis, volvamos a alguna raíz latina que tomemos prestada como si fuéramos parte del continente americano, que tampoco sería la primera vez. Pero tened claro que Civera no representaba aquello, Civera estaba más cerca de ‘La Bomba’ que de ‘Despacito’. Civera bebía de aquellos lanzamientos de Vale Music que no seguían modas, eran la moda. Y por tanto, no es adaptable a bachatas, salsas o reguetones. No tengáis expectativas de que vaya a llegar a Eurovisión con algo que le compraría J Balvin. Como mucho, acabaría comprándoselo Coyote Dax.
TRES | Su discografía es un desastre
De verdad, si le habéis dado un vistazo a los últimos años de David Civera, pocos artistas han desviado su discografía a algo tan anodino, previsible y desesperado. Es que ni Bustamante, del que muchas veces nos quejamos amargamente por ser tan señor siendo tan joven. Civera ha jugado al latineo verbenero, ha jugado a ser Sergio Dalma, y ahora se dedica a versionarse a sí mismo como teniendo algo que reinvindicar. Verdaderamente desastroso. ¿Realmente pretende convencer a alguien de que tiene una propuesta infalible? ¿Dónde la ha tenido guardada todos estos años a la deriva?
CUATRO | Ya está bien de utilizar Eurovisión como última bala
Muy al hilo del anterior punto, va este. Ya está bien: Eurovisión no es la herramienta desesperada de alguien por volver a cuatro platós, tener un hit top100 y acudir a ‘Tu Cara Me Suena’ a imitar a Raúl. Ya lo vivimos con El Sueño De Morfeo, que además de hacer un ridículo por el que tuvo que vapuleárseles bastante más de lo que se ha hecho con Manel Navarro (un gallo frente a una actuación en la que no dieron ni un sola nota), trataron de volver al A-List español sin fruto alguno. No podemos centrar una promoción que vale dinero para un artista cuya única ilusión es que le demos otra oportunidad. Oiga, búsquesela con una canción mínimamente relevante y la tendrá, pero deje Eurovisión tranquilo.