Britney Spears ha concedido una curiosa entrevista para un medio israelí (el suplemento ‘7 Nights’) durante su gira asiática, y es que en ella no habla de temas a los que nos tiene acostumbrados, como por ejemplo, los chicles con sabor a melón, o como Rusia le parece un país con gente maravillosa y fuertes cambios políticos.
En el último número de esa publicación, Britney se sincera sobremanera y habla de cosas de las que rara vez la hemos visto hablar, como por ejemplo, su época negra durante sus veinte:
“Mis 20 fueron terribles. Tengo la sensación de que tuve que tomarme más tiempo libre, para mí, para cuidar de mi salud mental. Hubo muchas decisiones tomadas por otras personas en aquel momento que yo no entendía.”
Britney aprovecha también para explicar qué ocurría durante aquella época previa a ‘Blackout’ y ‘Circus’:
“Mi vida estaba bajo el control de demasiada gente, y cuando no puedes ser tú y la gente decide por ti, te sientes menos activa, menos ilusionada por el trabajo que haces en la música. Hacía muchas cosas para contentar a la gente, no porque yo quisiera. Por ejemplo lo de la serpiente en los VMA, aquello fue incluso estúpido, no lo repetiría.”
La cantante aprovecha también para contar que a veces se olvida de que es una persona famosa: “me siento una persona muy privada. A veces me gustaría salir disfrazada y hacer una vida normal. De pronto veo en la industria en la que estoy metida y digo “¡madre mía!”.
Cuando le periodista le dice a la cantante de clásicos como ‘E-Mail My Heart’ que ‘Baby One More Time’, ‘Oops! I Did It Again’ y ‘Born To Make You Happy’ han sido elegidas por sus lectores como sus mejores temas (hasta luego, Mari Carmen), Britney deja entrever cierto malestar: “Me encantan esas canciones, pero tengo otras más favoritas…”. De hecho, Britney ya le pidió en su día a James Corden no cantar ‘Baby’ o ‘Oops!’ en el Carpool Karaoke, aunque finalmente terminó haciéndolo.