Se llaman Café Quijano y tienen historia, aunque más que historia, sea un poema. Resulta que cuando la fórmula del rock latino estuvo más gastada que el pegamento de pelucas de Aramís, los chicos de ‘La Lola’ se pasaron a los boleros, haciendo una especie de rip-off de Los Panchos que les otorgó un poco más de tiempo de relevancia y algún Grammy Latino -claro que quién no tiene alguno, nosotros tenemos el ordenador apoyado en seis-. Pero ahora, ahora que parece que los boleros tampoco les ayudan -quién iba a suponer en 2003 que acabarían ejerciendo de Tamara La Mala, la de ‘Si Nos Dejan’-, los de Café Quijano se dan al reguetón. Sí, al jolgorio y la verbena en ‘Perdonarme’, pero sin perder ese tinte de canción que pueda sonar de fondo en una partida de petanca.
Y en este momento en el que vuelven a reinventarse, les acompaña Willy, de los espantosos Taburete -e hijo de Bárcenas, lo tiene todo el muchacho-, que también renuncia al estilo de su banda y se apunta a un bombardeo en el siguiente bodrio del típico abuelo yendo de moderno:
Pues bien, tenemos varias preguntas que se nos han venido a la cabeza tras escuchar esta canción:
Primera pregunta: ¿Porque Café Quijano parecen un hilo temporal de Pipi Estrada?
Es decir, todos parecen Pipi Estrada en un espacio de más o menos 5 años. Que claro, eso justificaría que se dieran al reguetón, porque no hay cosa más rancia intentando ir de progre que Pipi Estrada. Bueno, también tendríamos a Poty, pero no vemos a ninguno de los Quijano llevando la academia de ‘Mira Quién Baila’.
Segunda pregunta: ¿Quieren ser ellos los representantes del reguetón en el barrio de Salamanca?
Porque desde luego, Taburete son los indies del barrio de Salamanca. Son esos que irían de Festival al Starlite de Marbella pero rollo casual, con prêt-à-porter, para que se les note hipster. Lo mismo las señoras enjoyadas que primero van a ver a Taburete necesitan algo así para salir luego de fiesta, y no bailar el ‘Despacito’, que eso es una ordinariez de gente pobre. Que lo único relacionado con gente bien de ese single es que su cantante es de Puerto Rico, que incluye la palabra “rico” en su nombre.
Tercera y última pregunta: ¿somo verdaderamente tan mala gente en España?
Es que luego os asombráis de que la gente se quiera independizar del país, pero claro, si lo que tenemos que aportar es a Café Quijano haciendo reguetón, por favor, que nos incluyan, nos vamos a Andorra, y volver a presentarnos a Eurovisión. Es que no puede uno hacer frente a referendums con cosas como esta de fondo, hay que ceder en algo. Y de verdad, nos negamos a creer que esto sea un castigo divino de nuestro señor -sea quien fuere él- por haber sido malas personas. Oye, no hemos matado a nadie. Verás tú, que esto iba para Ortega Cano y nos ha terminado salpicando a todos.