Días después de que la prensa sorprendiera al mundo diciendo que Chris Brown podría estar teniendo problemas con las drogas (¡NO PUEDE SER! ¿EN SERIO? ¡NOS CUESTA CREERLO!*), el cantante vuelve a estar metido de pleno en un escándalo, está vez, por no ser un Superman, ni un hombre muy sencillo que te quiere enamorar, sino un gran soplapollas que ha terminado golpeando al fotografo oficial del evento al que iba invitado.
El evento al que iba invitado, previo pago, obviamente, porque Chris Brown es ahora una especie de tronista de ‘MYHYV’ y se dedica a hacer clubes como Lisa Scott-Lee en 2003, para ver si algún día vuelve a tener la suerte de contar con un hit en condiciones y que el mundo recuerde que sigue con vida. El caso es que el cantante acudió al club con su séquito, y al parecer, se encontró molesto porque el fotógrafo estaba capturando demasiados momentos. Repetimos: el fotografo oficial del club al que iba invitado, no un paparazzi rándom que se había colado allí.
Por tanto, la reacción de Chris Brown fue la normal en cualquier persona civilizada y se acercó educadamente al muchacho para pedirle que dejara de sacar fotos, que tenía las pupilas sensibles y sufría fotofobia. Obviamente no: Brown, que iría hasta las cejas de Tarta De Santiago, Frenadol y agua con tanto misterio que la sacaron de un manantial de la casa de Agatha Christie, agarro al fotógrafo, lo estampo contra un sofá y le atizó un puñetazo con el que le dejó el labio para hacer competencia a Esther Cañadas.
Evidentemente, la cosa no quedará aquí, ya que el señor ha decidido presentar cargos contra Chris Brown, así que le espera otro juicio mucho antes que un nuevo top10 en Billboard. Valiente mamarracho, acabará actuando en la tasca de barrio más cercana y todavía pensará que es alguien, mientras consume el yeso de alguna de las paredes.