Vamos a volver el calendario unos años atrás, y no sólo porque vayamos a hablar sobre Pixie Lott cual si estuviéramos en 2006 a la espera de que alguien invente un iPhone, sino porque su nuevo single no puede tener un sonido más antiguo. Se conoce que estando Pixie en su casa, buscando algo en JobToday para pasar el mes, la han llamado finalmente de la oficina de empleo y le han dicho: “¿oye, te acuerdas de ese curso que hiciste sobre composiciones de David Guetta? Bueno pues te hemos encontrado algo parecido”.
Y ahí que se ha ido Pixie, con sus cintas y maquetas guardadas en el bolso a encontrarse con Anton Powers, un DJ británico que además de compartir apellido con Austin Powers tiene otros méritos en su carrera, como los de haber sido parte de Cahill, una unión de DJs que ha hecho remezclas para Mariah Carey, Olly Murs, Selena Gomez, Lady Gaga o la propia Pixie. Chenoa no tiene ninguna remezcla de Cahill, así que tan relevantes tampoco serían, las cosas como son.
Y allí, juntitos los dos, cerquita de Dios, fue lo que soñaron, pero no lo que el resto del mundo esperaba de esto. Porque sí, la producción de ‘Baby’, el single en cuestión, no puede sonar más a Cahill. Pero a Cahill como si hubieran cogido una canción infantil o la típica sintonía que anuncia un muñeco Nenuco con su bañerita y la hubieran remezclado. La pobre Pixie suena casi ridícula de tan ingenua y tampoco vamos a engañarnos: remezclar se le dará estupendamente, pero lo de los temas para radios no es lo de este señor, esa canción suena más antigua que la featurette que la acompaña.