Edurne ha publicado un álbum navideño, porque ya era hora de que los artistas españoles se volcaran en la Navidad como se hace en el resto del planeta. Con este, el de David Bisbal y Laura Pausini, vamos llenando las posibilidades hispanas de álbumes navideños. ¿Ha versionado Edurne El Burrito Sabanero? Aún no, pero nunca es tarde para un buen dúo a tiempo.

El cover que sí ha hecho ha sido el de Santa Claus Llegó A La Ciudad, clásico de Luis Miguel que algún norteamericano tuvo el descaro de plagiarle sin permiso en 1932, y lo ha acompañado de un vídeo muy mono, muy navideño, retro y en clave big band que nos anima totalmente el mood del espumillón y la bola.


¡Sigue la web también en redes!


Santa Claus Llegó A La Ciudad, por cierto, es un tema rarísimo como villancico: una canción que describe a un señor perturbado que lo observa todo, te persigue y te vigila constantemente para al final dejarte un regalo como compensación. ¿Es Papá Noel o es Puff Daddy? No me queda nada claro, pero si veis que entre los regalos acaba habiendo un botecito de aceite corporal, sospechad.

Volviendo al vídeo de Edurne, hay otra cosa más perturbadora aún que lo de Santa: sus dos coristas. Sus dos coristas roban completamente el show. Esencialmente porque están ahí de atrezzo y cada segundo del vídeo que pasa van siendo más y más conscientes de ello. Porque Santa Claus Llegó A La Ciudad… ¡no tiene coros! No es como un clásico de Pussycat Dolls en el que el resto fingían ser la segunda voz de Nicole Smellsweird para poder hacer un playback de coro. No. Es simplemente que sólo se escucha la voz de Edurne en la canción en primer plano. No hay segundas voces.

Y claro, las dos muchachas empiezan más o menos confiadas, pero según el track avanza, desconectan: la chiquita morena mira a su compañera con cara de “pero qué hacemos, cuándo entramos”, la rubia insiste en hacer playback de la parte focal del estribillo aunque su voz no suene por ningún lado, confunde a la morena que ya está en modo “Fani, socorro” sin saber cómo seguir… hasta que acaba entrando tarde a las frases imaginarias a las que hace el coro. Hay veces que ya ni se molesta en intentarlo, simplemente mira a su compañera con ternura y cara de “pobrecita, ella insiste”.

Las dos muchachas siguen adelante, no se bajan de la burra rin-rín, sabedoras que su trabajo ahí no pinta nada pero que, en el fondo, el resto de la banda y la misma Edurne están haciendo un playback. ¿No es tan diferente, no? La rubia lo tiene clarísimo. La morena… no tanto.

Será tu rollo si: nada te llena más que un villancico clásico y un Paladín A La Taza en invierno; llamas invierno a todo el tramo de año en el que hace frío; te hierve la sangre cada vez que Manel Fuentes pronuncia “Michelle Bublé”.

Uso de cookies

Este sitio web utiliza cookies para que usted tenga la mejor experiencia de usuario. Si continúa navegando está dando su consentimiento para la aceptación de las mencionadas cookies y la aceptación de nuestra política de cookies, pinche el enlace para mayor información.

ACEPTAR
Aviso de cookies