El tour de Justin Timberlake le habrá dado al cantante bastantes alegrías económicas —las que no le dio el álbum que lo acompaña, la verdad—, pero también ha sido carnaza de meme. El primero, el de aquella conversación con la policía en la que, tras ser arrestado por ir con un agüita con misterio de más, le dijo al policía “esto va a arruinar el tour“. El policía respondió “¿qué tour?”, sin saber quién demonios era él. “El tour mundial”, fue la última interacción mientras el policía pensaba que había detenido a un de Mayumaná.

Después llegaría el de él cantando Can’t Stop The Feeling. Cantando por decir algo, porque deletreaba un poco cada verso del tema y a correr. Y parece que hizo eso durante sus últimos shows en la mayor parte de cortes.

Pues bien, ya finalizada la gira, Justin ha explicado qué es lo que, según él, ha venido ocurriendo: ha estado actuando con la Enfermedad de Lyme. Que es un poco a los famosos como la bisexualidad entre las artistas pop femeninas: la tienen todos. La pobre Lyme se tomó su trabajo para crear la enfermedad y luego la tienen todos menos ella. A todos les pica una pulga. Están todos agotados.

Y claro, de ahí que Justin estuviera así. No era desánimo o cansancio, que son conceptos muy noventas. Era la Enfermedad de Lyme:

“Bueno, ahora que estos dos años increíbles llegan a su fin y miro hacia el futuro, quería escribiros algo desde el corazón. No es una tarea fácil tratar de contextualizar el torbellino que ha sido salir de gira, pero lo intentaré…

Como muchos de vosotros sabéis, soy una persona bastante reservada. Pero al reflexionar sobre la gira y los festivales, quiero contaros un poco sobre lo que está pasando conmigo.

Entre otras cosas, he estado enfrentando algunos problemas de salud y me diagnosticaron la enfermedad de Lyme — no lo digo para que sintáis lástima por mí, sino para arrojar algo de luz sobre lo que he estado enfrentando detrás de escena.

Si habéis vivido con esta enfermedad o conocéis a alguien que la tenga, sabéis que puede ser implacablemente debilitante, tanto mental como físicamente. Cuando recibí el diagnóstico, quedé en shock, sin duda. Pero al menos pude entender por qué a veces estaba sobre el escenario con un dolor nervioso insoportable o sintiéndome con un cansancio y malestar extremos.

Me enfrenté a una decisión personal: ¿Dejar de hacer giras? ¿O seguir adelante y encontrar la manera de sobrellevarlo? Decidí que la alegría que me brinda actuar supera con creces el estrés pasajero que sentía en mi cuerpo. Me alegra muchísimo haber seguido adelante.

No solo me demostré a mí mismo mi fortaleza mental, sino que ahora tengo tantos momentos especiales con todos vosotros que nunca olvidaré. Dudaba en hablar de esto porque siempre me enseñaron a guardarme estas cosas. Pero estoy intentando ser más transparente con mis luchas para que no se malinterpreten.”

Me gusta mucho este momento en el que los cantantes deciden contar que tienen una enfermedad pero han seguido trabajando. Por contextualizar, cada año se detectan en Estados Unidos unos 476.000 casos de esta enfermedad. La chica del Simago con Lyme diciendo “bueno, no sabía si seguir cobrándote este queso rallado, pero al final he decidido hacerlo por mi fortaleza mental”.

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